Este fin de semana he estado visitando la feria medieval de Tarragona, he encontrado un montón de puestos interesantes como una panadería con un gigantesco horno de leña de hierro forjado, donde horneaban sin cesar panes de todo tipo, de leche, de oliva, de pasas, normal, entre otros y siempre tenía un gran fila de clientes esperando que salieran los panes del horno.
Otros puestos de extraños y exiticos embutidos, como cecina de toro, secallona de ciervo o salchichón de jabalí. Tres o cuatro pastelerías exhibían enormes tortas y bizcochos cubiertos de frutos secos, mermeladas, frutas confitadas, etc. Y varios puestos de golosinas.
También he visto de un montón de puestos de comida para llevar, como una crepería, o una pizzería, aunque estos en concreto dudo que se pudieran encontrar en aquella época en cualquier mercadillo. Los puestos de plantas medicinales y tés desprendían intensos olores. Y una especial mención para la venta de cervezas artesanas un verdadero lujo.
Todo lo anterior es haciendo referencia a puestos relacionados con la gastronomía, que no era una feria gastronómica, por lo que he podido ver en acción a un montón de artesanos, un herrero, un marroquinero, un juguetero, zapateros y gran cantidad de artesanos de fruslerías varias, todas fantásticas.
Todo el mercado brillaba por sus colores, sus olores, sus puestos y sus vendedores perfectamente ataviados.
Pero una de las cosas que me han hecho sonreír sin lugar a dudas, es el adorno medieval para botellas de vino de la foto superior, se que en pocas de nuestras modernas y minimalistas casas tendría cabida como adorno, claro que si tenemos un castillo el tema es otro. Sea como sea no podemos negar que es original. Siento no poder dar el nombre del vendedor, así que a cualquiera que le interese adquirir uno, tendrá que estar pendiente de las ferias y mercados medievales de su zona.
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