En plena temporada de frutas cítricas las mandarinas se alzan en mercados y fruterías como la golosina natural del invierno. Y aunque ya sabremos de sobra que están cargadas de beneficios y propiedades, quizá no tengamos tan claro cuáles son las diferencias con las clementinas, si existen más variedades o cómo distinguirlas.
Para aclarar conceptos ya de entrada, hay que tener muy claro que la mandarina es la 'madre' de todas las demás, la fruta genérica bajo cuyo término englobamos cada una de sus variedades o tipos. Para entenderlo fácilmente, ocurre algo similar a cuando hablamos de manzanas en genérico, pero podemos especificar diferencias entre reineta, gala, golden delicious, etc.
En términos nutricionales todas las mandarinas comparten en general las mismas propiedades y todas son más que recomendables para consumir de forma habitual mientras estén en temporada. Organolépticamente ya entramos en diferencias de aroma, textura, sabor, dulzor o cantidad de zumo, y decantarnos por unas u otras depende más del gusto personal.
Todas las clementinas son mandarinas, pero no todas las mandarinas son clementinas
La mandarina es el fruto del mandarino, un árbol frutal cuyo origen no está del todo claro. Los científicos siguen rastreando su historia pues, aunque se sitúa probablemente en alguna zona de la actual China hace miles de años, la complejidad de las mutaciones y diversificaciones de las plantas más primitivas dificultan trazar un árbol genealógico preciso.
En cualquier caso, repetimos, la mandarina es la madre de una serie de grandes variedades de esta fruta que a su vez se subdividen en distintos tipos. A día de hoy se continúan desarrollando nuevas semillas en busca de mandarinas con características concretas, como una mayor cantidad de zumo, más azúcar o resistencia a enfermedades concretas.
Variedades de mandarinas
Las mandarinas se dividen en tres grandes grupos.
- Clementinas. Es un cruce entre mandarina y naranja silvestre, fruta desarrollada por Clement Rodier a finales del siglo XIX en Argelia. Suelen distinguirse por tener un color aranajarado más brillante e intenso, algunas con tonos más rojizos, son más chatas y suelen tener un tamaño más grande. La gran mayoría no tienen huesos o pepitas, la piel es más lisa y fina y fácil de pelar. Son muy dulces y aromáticas. Algunos de sus tipos comerciales más extendidos son: arrufatina, clemenules, marisol y oronules.
- Satsumas. De origen japonés, es una variedad de mandarina ampliamente extendida por España. Las hay con y sin semillas, y su temporada puede extenderse hasta casi o entrado el verano. Suelen ser las mandarinas más pequeñas, más amarillentas o pálidas y algo ácidas, no tan dulces. Clausellina, iwasaki, okitsu y owari son de las más comunes.
- Híbridos. Finalmente nos topamos con el complejo mundo de los híbridos que son resultado del cruce entre especies, por ejemplo entre mandarino y naranjo o mandarino y pomelo, a menudo de forma espontánea natural o desconocida. El híbrido más popular en España es la clemenvilla o mandarina nova, híbrido entre el clementino fino y tangelo orlando (cruce de pomelo y mandarino). La clemenvilla es grande, cargada de zumo muy dulce, sin pepitas y muy jugosa y aromática, pero con una piel brillante muy fina y pegada difícil de pelar. Otros híbridos destacados son ellendale, fortune y ortanique, también difícil de pelar.
Cómo distinguir entre mandarinas y clementinas
Más bien habría que hablar de distinguir las clementinas entre toda la variedad de mandarinas, tal y como hemos visto. Para ello, lo más fácil y seguro sería comprobar el etiquetado de la fruta, tanto en el cajón o expositor como en el propio cítrico. Si el comercio careciera de esta información visible, habría que llamar la atención del responsable, pues la trazabilidad de los productos debe estar garantizada.
Hay diferencias entre las variedades o tipos, pero en general las clementinas muestran un color naranja más intenso y brillante, con una piel lisa firme y tersa y un tamaño medio o grande con forma más achatada, no tan redonda como las naranjas. En general exhiben un buen calibre y la piel no está tan pegada al fruto, por lo que son fáciles de pelar.
La disponibilidad en el mercado de unas variedades u otras depende un poco de la temporada y de nuestra zona geográfica, ya que no todas se distribuyen igual por todo el territorio nacional. Lo más recomendable es tomar nota de las variedades que adquirimos, probar y elegir las que más nos gusten, según prefiramos mandarinas más jugosas y dulces o más ácidas.
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