Los 'cake pops', conocidos por aquí como bizcobolas o bizcoletas, pueden parecer otra americanada, pero se prestan mucho a jugar para las ocasiones especiales. Halloween era la excusa perfecta para animarnos a hacerlas, sobre todo porque no tienen que quedar perfectísimas. Con calabazas y calaveras rellenas de bizcocho de chocolate conquistaremos a los más golosos.
Son una alternativa más simpática a las geniales cabezas degolladas de mi compañero Pakus, menos apropiadas para niños pequeños. Yo he preferido optar por unos diseños mucho más sencillos, perfectos para quien se enfrente a su elaboración por primera vez. Podéis usar cualquier otro bizcocho como base, y es genial para reaprovechar alguno que no haya desmoldado del todo bien. Si tenéis más maña que yo, animáos a decorarlas con diseños más detallados.
Precalentar el horno a 175º C y preparar un molde mediano. Colocar la mantequilla a temperatura ambiente en un cuenco grande con el azúcar. Batir con una batidora de varillas a velocidad media-alta durante dos o tres minutos, hasta tener una mezcla esponjosa.
Añadir la harina, la levadura química y la sal y batir un poco a velocidad baja. Añadir el café y el cacao y mezclar con una espátula o cuchara. Verter en el molde y hornear durante unos 20 minutos, hasta que al picharlo con un palillo salga limpio. Esperar unos minutos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar por completo.
Es mejor dejar reposar el bizcocho una noche, así que lo podemos envolver en plástico film y guardarlo en la nevera. Triturarlo con una picadora o batidora, o desmigarlo bien a mano. Añadir el queso crema y mezclar bien a mano, añadiendo más queso si hiciera falta, hasta conseguir una masa húmeda maleable con la que poder formar bolas.
Tomar porciones pequeñas, del tamaño de una nuez, más o menos del mismo tamaño. Dar a la mitad forma de bolas, y a la otra forma de calaveras, simplemente apretando un poco la parte interna de una esfera y afilando el extremo inferior.
Ponerlas en un plato o bandeja y dejarlas enfriar como mínimo una hora en la nevera. Para hacer las calaveras necesitamos chocolate blanco, y para las calabazas chocolate naranja, que podemos comprar ya coloreado o usar colorante especial. Es mejor trabajar primero una de las figuras y luego la otra, guardando las bolitas que no estemos usando en la nevera.
Derretir al baño maría el chocolate o los candy melts. Coger un palito, mojar la punta e insertarlo en la base de cada cake pop, con cuidado de no llegar al otro extremo. Sumergirlo en el chocolate, procurando que se cubra bien, y dejar escurrir un poco.
Colocar en una base de poliestireno, cartón o esponja para que se seque. Continuar con el resto. Una vez secas, las podemos decorar para dibujar la cara de calaveras y calabazas usando un rotulador especial o una glasa sencilla teñida de negro o gris, con ayuda de una manga pastelera de boquilla fina.
Con qué acompañar los cake pops de Halloween
Una vez decorados y totalmente secos, los cake pops o bizcocholas son un bocado ideal para Halloween. Podemos dejarlos presentados en una base bonita paa recibir a los invitados en casa, o podemos envolver cada uno con papel celofán para darlos como regalo. Son especialmente adecuados para una fiesta infantil, aunque los golosos más mayores tampoco pueden resistirse.
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