Hacía tiempo que buscaba unas galletas para desayunar que aportaran fibra pero también un rico sabor. Esto lo solucioné cuando di con la receta de las galletas completas, que reciben este nombre porque presentan un poco de todo lo necesario para comenzar el día con energía, y a la vez en su justa medida. Son galletas para mojar en la leche o el café, pues su textura es algo seca debido a la harina integral y los copos de avena.
En este caso les he añadido arándanos deshidratados, pero otras veces varío y les pongo uvas pasas, trocitos de orejones o ciruelas secas. Podéis añadirle la fruta que más os guste y así aumentareis la cantidad de fibra, pero siempre en trozos pequeños, pues al ser galletas de corte si las frutas son muy grandes corréis el riesgo de que se os rompan.
En un bol añadir la harina de repostería, la harina integral, los copos de avena, la levadura química y la mantequilla. Unir los ingredientes hasta formar una especie de migas secas. Entonces añadir el huevo y la leche. Amasar hasta formar una bola. Incorporar en medio de este amasado las frutas deshidratadas.
Estirarla con un grosor de medio centímetro entre dos papeles de horno y refrigerar durante media hora. Precalentar el horno con calor arriba y abajo a 180ºC . Cortar con un vaso o un cortador de galletas la masa e ir disponiéndolas en una placa de horno forrada con papel de hornear. Cocerlas durante 15 minutos.
Una vez horneadas dejarlas reposar cinco minutos en la placa y pasarlas a una rejilla para que acaben de enfriar. Guardarlas una vez frías en un bote hermético.
Con qué acompañar las galletas
Las galletas completas son ideales para un desayuno sano pero a la vez energético. Acompañadas de un zumo y de un buen vaso de leche o café, nos ayudarán a ir tirando toda la mañana sin hambre. Así que os las recomiendo si os gusta cuidaros pero a la vez disfrutar del buen sabor de una galleta rústica.
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