Hoy vamos a preparar la receta de arroz rossejat, un plato de tradición marinera que podemos hacer cualquier fin de semana para la alegría de los comensales. Es la versión con arroz de la misma receta que hicimos hace tiempo de fideos rossejat, que tanto gusta a todos.
El secreto de este arroz es utilizar un buen fondo o fumet, preferiblemente un caldo de morralla que hará que nos quede un plato lleno de sabor a mar, gracias a la cocción del arroz en ese líquido sabroso.
Por otro lado, es un arroz que cocinamos en la paella, y que presentamos limpio, solamente el arroz que habrá absorbido todo el sabor de los mariscos y pescados, por lo que resulta muy fácil de comer, al no tener tropezones ni productos que pelar.
Lo más importante de este plato es contar con un buen caldo de pescado o fumet, o como os decíamos al principio, con un caldo hecho a base de morralla. Cuanto más intenso sea el caldo, más intenso será el resultado de este plato de arroz, obviamente, debemos ajustarlo al gusto de los comensales, familia o invitados.
Cuando tengamos listo un buen caldo, empezamos la receta dorando unos dientes de ajo fileteados. Una vez dorados los apartamos y en ese mismo aceite doramos el arroz. De ahí deriva el nombre de rossejat, que significa dorado o tostado. Cuando esté el arroz, retornamos los filetes de ajo, añadimos una cucharada de sofrito o de pulpa de ñora, damos un toque de pimentón y agregamos el caldo o fumet, dejando que se cocine a fuego vivo durante ocho minutos. En cuanto a la cantidad de caldo, yo suelo añadir el triple del volumen de arroz, es decir si pones una taza de arroz, añades tres tazas de caldo.
Terminamos la elaboración, metiendo la paella en el horno a 190ºC donde dejaremos que se termine de hacer y secar el arroz. Lo tendremos en el horno durante otros ocho minutos y ya tendremos listo el arroz rossejat, aunque mejorará tras un reposo de otros cuatro o cinco minutos antes de llevarlo a la mesa.
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Con qué acompañar el arroz rossejat
El mejor acompañamiento para esta receta de arroz rossejat es un pegote de alioli casero que cada uno puede echarse en su plato y mezclar con el arroz. De todas formas, es un arroz de sabor intenso que prácticamente no necesita nada más, ya que por sí solo es suficiente para dejar felices y satisfechos a todos los comensales.
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