La receta para la que preparé la mermelada de manzana casera que os enseñé ayer no era otra que estas costillas de cerdo caramelizadas con mermelada de manzana, una de esas recetas para chuparse los dedos --literalmente-- y que hacen que mientras te las comes te olvides de todos los males del mundo y vuelvas a creer en la humanidad.
Aunque mi recomendación para esta receta es que utilicéis la mermelada de manzana casera, también vale una comprada, y si no encontráis de manzana, la solución es utilizar una de ciruela verde, que combina casi tan bien con la carne de cerdo como la manzana.
Empezamos sazonando bien la carne por ambos lados con el adobo, envolvemos con papel de aluminio y ponemos a hornear a 175ºC durante unos 30 minutos. Transcurrido ese tiempo, mezclamos tres cucharadas de mermelada de manzana con tres de sirope de arce o miel, sacamos la carne del horno y la untamos bien con la mezcla. Volvemos a meter en el horno y dejamos hornear entre 20 o 25 minutos, todavía envuelto en papel de aluminio.
Preparamos ahora la salsa, mezclando cuatro cucharadas de salsa barbacoa con dos cucharadas de mermelada de manzana. Con esta salsa volvemos a pintar las costillas, subimos el horno a 250ºC, destapamos las costillas y colocamos la bandeja en la parte superior del horno durante otros 25 o 30 minutos.
No os asustéis si parece que se quema un poco, no es tanto quemado como caramelo, y luego está delicioso. De hecho, yo hubiera dejado las mías un poco más para que se caramelizaran más todavía.
Con qué acompañar las costillas de cerdo caramelizadas con mermelada de manzana
Creo que ya os hacéis una idea de lo buenas que están las costillas de cerdo caramelizadas con mermelada de manzana, pero por si acaso voy a utilizar algunos adjetivos: deliciosas, adictivas, sabrosas, dulces, jugosas... en fin, lo dicho, para chuparse los dedos.
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