Para descansar y desintoxicarnos un poco de tanta receta contundente alemana que os estamos presentando con motivo de la Oktoberfest, he pensado que no iría mal un poco de comida oriental, en este caso, un solomillo de cerdo adobado con soja y ajo, aunque con lo que les gusta el cerdo, como la descubran los alemanes, la adoptan como tradicional también.
Ésta es una receta rica y relativamente sencilla de preparar, aunque tiene el inconveniente de que, si bien los ingredientes son fáciles de conseguir, igual no disponéis de todos en la despensa, pero tampoco está de más crearse un "fondo de armario" para recetas orientales.
Como toda receta que lleve adobo, debemos comenzar por prepararlo, ya que necesitaremos que la carne esté un tiempo envuelta en él para que haga efecto. Así pues, mezclamos todos los ingredientes, colocamos el solomillo en una fuente honda en la que quepa justo y lo cubrimos uniformemente con el adobo, dejándolo cubierto con film transparente durante al menos tres horas, aunque cuanto más, mejor.
Transcurrido ese tiempo, escurrimos el cerdo y reservamos el adobo. Frotamos la linaza de forma que las semillas se peguen a la carne de forma más o menos homogénea. Sellamos el solomillo en una sartén o plancha y horneamos durante 20 minutos a 180ºC.
Mientras se cocina la carne, acabamos de preparar la salsa. Retiramos la canela del adobo y vertemos el resto en una sartén o cazo antiadherente, añadimos el vino y llevamos a ebullición. Luego bajamos la temperatura y dejamos reducir hasta que la salsa se convierta en un glaseado pegajoso.
Finalmente, sacamos el cerdo del horno y lo cortamos en rodajas de medio centímetro de espesor. Servimos sobre un lecho de espinacas o pak choi, cubriendo el cerdo con el glaseado, aunque también podemos presentarlo entero cubierto con el glaseado y cortarlo en la mesa.
Con qué acompañar la receta de solomillo de cerdo adobado con soja y ajo
El solomillo de cerdo adobado con soja y ajo es una magnífica manera de disfrutar de esta siempre excelente pieza del cerdo. El adobo le aporta el sabor y la jugosidad que a veces se echa en falta cuando lo preparamos al horno y, acompañado de las espinacas, representa un plato completo y delicioso.
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