Los nueve errores más comunes que cometemos al cocinar pasta

Los nueve errores más comunes que cometemos al cocinar pasta
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Preparar recetas de pasta italiana es algo relativamente fácil pero, como casi todo en la cocina, es importante conocer las técnicas y los trucos para conseguir un plato perecto y que guste a todos. Estos son los nueve errores más comunes que cometemos al cocinar pasta italiana (y te damos las claves para que no vuelvas a cometerlos).

Cuando te animes a preparar la próxima receta de macarrones, espaguetis o papardelle, acuérdate de nuestros consejos y verás cómo mejoran tus platos de pasta, y cuánto te lo agradecen tu familia o tus invitados.

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Preparar una receta de pasta italiana es algo que parece al alcance de todos y a menudo es uno de los platos con los que los jóvenes se inician en la cocina. Pero no es lo mismo cocinar bien la pasta, que tirarla en un cazo con agua hirviendo y confiar en que salga bien sin más. Estos son los nueve errores que cometemos con más frecuencia al preparar pasta:

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1. Cocemos la pasta en un cazo con agua que aún no está hirviendo

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Las prisas no son buenas y menos en la cocina. Es importante esperar a que el agua esté cociendo a borbotones antes de añadir la pasta. Si nos precipitamos, es fácil que la pasta se pegue y no quede suelta y los tiempos indicados por los fabricantes no serán válidos para conseguir una buena cocción.

Solución: tómate el tiempo necesario para que el agua esté hirviendo antes de añadir la pasta para cocerla correctamente.

2. Cocemos la pasta sin dejarle espacio suficiente

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Si añadimos mucha pasta en la cacerola, la pasta no podrá cocer cómodamente. Hay que tener en cuenta que la pasta de sémola de trigo está seca y necesita hidratarse, aumentando de tamaño durante la cocción. Si calculas el tamaño del recipiente pensando en el tamaño que tiene la pasta antes de cocer, cuando crezca durante la cocción es posible que no quepa bien en la cazuela o que esté apretada y se pegue.

Si usas pasta larga, debes utilizar un recipiente con la altura suficiente para que la pasta quede cubierta y no sobresalga por arriba, para que se cueza de manera uniforme y a la vez con independencia de su longitud.

Solución: Utiliza ollas grandes cuando quieras preparar un plato de pasta italiana.

3. No ponemos suficiente sal en la pasta

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Antes de añadir la pasta en la cacerola, y tras haber esperado a que el agua esté hirviendo, hay que añadir la sal. La proporción recomendada es 10 g por cada litro de agua. Así la pasta estará correctamente sazonada y no quedará sosa. En caso contrario, aunque la salsa esté bien sabrosa, el plato quedará plano y sin sabor.

Solución: Acordarse siempre de echar un buen puñado de sal cuando el agua comience a hervir y cuando retome la ebullición, y solo entonces, agregar la pasta.

4. Ahorramos en la marca de pasta

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La pasta italiana es un producto barato y cunde mucho. Una ración habitual es de unos 80 g de pasta seca por persona y por ese motivo, es poco el ahorro que se puede conseguir comprando pasta de marca blanca o pasta de oferta. Para conseguir un buen plato de pasta, os recomendamos elegir una buena marca de vuestra confianza y, aunque sea más cara, utilizarla siempre. La diferencia se notará en cada plato.

Solución: Elegir marcas de pasta de prestigio es garantía de que la pasta estará en su punto cuando termine su cocción.

5. Enjuagamos o enfriamos la pasta poniéndola bajo el grifo

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Una vez terminada la cocción de la pasta, escurrimos la pasta y la mezclamos con la salsa, que ya estará preparada dejando que se cocine con ella unos minutos. Hay un dicho italiano que dice que la salsa siempre espera a la pasta, que significa que la salsa se tiene que preparar primero.

Por eso no tiene sentido enfriar la pasta bajo el grifo, ya que lo correcto es sacar la pasta y terminar de cocinarla con la salsa con la que se va a comer, para que los sabores se integren y el resultado sea óptimo. Además, si enfriamos la pasta añadiendo agua fría perderemos parte del almidón de la pasta y no quedará sedosa y con esa textura agradable que siempre recomiendan los italianos.

Solución: Cocinar primero la salsa que vamos a utilizar y cuando le falten aproximadamente diez minutos, comenzamos a cocer la pasta de forma que estén listas a la vez.

6. No aprovechamos el agua de la cocción

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El agua en que cocemos la pasta es un agua que contiene sal y el sabor de la pasta de trigo cocida, por lo que es perfecto para mejorar las salsas con las que condimentamos nuestras recetas de macarrones, espaguetis o tallarines, dándoles una textura aterciopelada. Cuando estemos preparando la salsa, podemos añadir un cazo del agua de cocción de la pasta para conseguir que nos quede en su punto.

Antes os recomendaba terminar de cocinar la pasta dentro de la salsa. Para ello hay que sacarla de la cacerola donde cuece antes de que esté al dente, y dejar que esos últimos dos minutos que le faltan los pase cocinándose con la salsa.

Solución: Un cacillo del agua de cocción de la pasta añadido a la salsa es perfecto para terminar de cocinar la pasta. La salsa no quedará clara, ya que entre el líquido que se evapore y el que absorba la pasta volverá a quedar en su punto.

7. No elegimos correctamente la pasta idónea para cada salsa

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Los italianos tienen muy claro este concepto. No todas las salsas sirven para todas las formas y tamaños de pasta. Para las salsas más suaves, es conveniente elegir una variedad de pasta que retenga el sabor de la salsa, al tener arrugas, rizos o formas. Ejemplo, penne rigate.

Para las salsas más intensas utilizaremos pasta lisa que permita que la salsa se escurra para no exceder su presencia en cada bocado. En ese sentido, los espaguetis o los macarrones lisos son en general una pasta para combinar con salsas de sabor intenso.

Solución: Si para una receta se recomienda utilizar una variedad de pasta suele ser por algo. Mejor hacer caso que por algo existen siglos de tradición.

8. Añadimos demasiada salsa a la pasta

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Es algo que nos pasa mucho a los españoles cuando cocinamos pasta. En un buen plato de pasta la protagonista debe ser la pasta y no debe estar tan tapada por la salsa que apenas se note. Es preferible que tenga una presencia sutil para que se perciba su sabor pero que no enmascare al ingrediente principal.

Solución: No cubras tus platos de pasta con mucha salsa y permite que la pasta sea la protagonista y no el actor secundario.

9. La pasta sobrecocida es el peor error que podemos cometer

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La pasta al estilo comedor de colegio es lo peor que puedes hacer con un plato de pasta. Además de que tiene una textura horrible que se deshace en la boca, es que es terriblemente indigesta. Es preferible cocer de menos que cocer de más. Los italianos llaman a la pasta cuando está en su punto pasta al dente porque debe ser necesario masticar un poco.

Para verificar el punto de cocción idóneo, no te fíes de manera estricta de las indicaciones del fabricante. Un minuto o dos antes de que transcurra el tiempo indicado, saca una porción de pasta y dale un corte para comprobar que aún tiene un puntito sin cocinar en el interior. Así podrás calcular bien el tiempo que le falta sin pasarte.

Solución: Nunca excedas el tiempo indicado por el fabricante y si es posible, cocina dos o tres minutos menos de lo indicado, terminando la cocción de la pasta dentro de la salsa como indicamos más arriba.

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