La primera vez que escuché el término salsa verde, en mi tierna infancia, me imaginé una especie de crema melosa de color verde brillante, como un kétchup mutante. Unas deliciosas almejas en un restaurante de Galicia me sacaron más tarde de mi error, y aprendí que es una sencilla pero sabrosísima forma de preparar muchas recetas. Hoy, un clásico, merluza con patatas en salsa verde.
Aunque simple, esta elaboración puede tener diversas variantes según la región o la casa donde se prepare. Lo ideal es tener producto de primera categoría y disponer de un buen caldo de pescado, pero yo he usado un atajo que aprendí hace tiempo y va bien para este tipo de recetas. Buenas patatas, buen pescado, perejil fresco y un poco de mimo; no hace falta mucho más para tener un plato de mojar pan.
Colocar las rodajas de merluza en una cauela ancha cubiertas de agua fría, calentar y retirar del fuego justo antes de que empiece a hervir. Sacar el pescado y reservar. Colar el agua y reservar.
Picar la cebolleta y los dientes de ajo, lavar y picar el perejil y lavar y pelar las patatas. Cortar estas en rodajas de menos de 2 cm de grosor, o cascarlas al gusto.
En la cazuela limpia calentar un chorro de aceite de oliva y pochar la cebolleta con el ajo, las cayenas y el laurel. Añadir las patatas, salpimentar y dejar que cojan color por un lado. Darles la vuelta y regar con el vino. Cuando se haya evaporado, cubrir con el caldo reservado, tapar y dejar cocer hasta que las patatas estén tiernas, unos 10-15 minutos.
Echar perejil cuando estén casi listas y cocinar destapado unos minutos si hubiera demasiado caldo. Incorporar las rodajas de merluza, salpimentar, agregar otro puñado de perejil y cocinar tapado hasta que el pescado esté en su punto. Podemos ligar un poco la salsa añadiendo un chorrito de aceite por encima y dándole meneos como si hiciéramos un pilpil. Servir con más perejil al gusto.
Con qué acompañar la merluza con patatas en salsa verde
Este reconfortante plato de merluza en salsa verde pide un buen vino blanco, si nos gusta, y, sobre todo, pan para no desperdiciar la sabrosa salsa. Si hemos servido buenas porciones de pescado será un plato único bien saciante, así que como mucho recomendaría añadir una ensalada a la mesa o, directamente, fruta de postre y un café para la sobremesa.
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