Añadir frutas secas a la ensalada está muy bien, pero siempre que hagas esto antes

El defecto y la virtud de estos ingredientes es precisamente que están deshidratadas

Ensalada
Facebook Twitter Flipboard E-mail
liliana-fuchs

Liliana Fuchs

Editor

Uvas o ciruelas pasas, orejones de albaricoque, arándanos rojos secos, dátiles, pasas doradas, sultanas, higos secos... tenemos un gran repertorio de frutas secas a nuestro alcance para enriquecer las ensaladas de todo el año. El único problema es que podrían estropearnos el plato si no prestamos atención algo tan obvio como que están secas.

Es decir, son frutas a las que se les ha extraído gran parte de su agua, están deshidratadas. Esto hace que pierdan peso y concentren sus propiedades, especialmente su aporte energético en forma de azúcares naturales, pero también son fuente de fibra y muchas vitaminas y minerales. Lo más importante, añaden sabor y textura a las ensaladas, excepto cuando están más secas que la mojama vieja.

Si no compruebas la jugosidad de las frutas secas antes de echarlas a lo loco sobre tus platos, puedes acabar masticando algo parecido a un plástico insípido, entre chicloso y duro, muy poco agradable y que incluso puede dañar dientes y encías. Evita sorpresas desagradables rehidratándolas antes, un paso habitual a la hora de hacer bizcochos o panes.

Un vistazo a…
7 MITOS QUE TIENES QUE SABER DE LOS VEGETARIANOS Se me cae un mito
Frutas

Para una ensalada quizá no es buena idea hidratar las pasas en ron o brandy, pero sí pueden recobrar su vida con un simple remojo en agua. Si tienes tiempo, por ejemplo dejándolas la noche antes, puede ser del tiempo, pero bastará con 10-15 minutos si las echas en agua hirviendo o muy caliente. Depende un poco del nivel de deshidratación de la fruta en cuestión, y de si tienen ya un tiempo en tu despensa.

Algunas frutas secas conservan mejor su jugosidad, como los dátiles o las ciruelas pasas, pero no se libran de ir resecándose con el paso de las semanas, y más aún si hemos abierto el paquete o no las guardamos bien, en un lugar fresco y protegidas en un recipiente hermético. 

Una vez hidratadas habrán ganado también algo de volumen; escurre el agua, sécalas con suavidad y añádelas a platos como la ensalada de espinacas con dátiles o un tabulé con frutos secos y feta.

Imagen | Freepik/stockking

En DAP | Ensalada con fruta fresca, pipas y orejones

En DAP | Ensalada con frutas secas, granada y naranja

Inicio