El plato de hoy es una combinación vegetal donde la estrella es la quinoa, que como la pasta o el arroz, es un ingrediente de lo más valorado. Podemos encontrar tres tipos: quinoa blanca, roja y negra. Si hay algo que me gusta de la quinoa, es que se puede preparar en cantidad para dos o tres raciones y conservar en la nevera para consumir en los próximo días.
En el universo de los cereales, si comparamos la quinoa con la mayor parte de los cereales, ésta contiene muchas más proteínas y grasas. Se considera, de hecho, un pseudocereal.
El plato de hoy, no puede ser más sencillo y como siempre que hay quinoa en una receta, es garantía de sabor y nutrición. Se puede comer a temperatura ambiente o frío, y en un recipiente hermético en la nevera se conserva en perfectas condiciones hasta por tres días.
Pero antes, si la quinoa te parece sosa y pastosa, estos son los trucos a tener en cuenta para cocinar quinoa y que quede perfecta.
Primero, preparar la quinoa en una olla con agua o caldo vegetal. Cocinar a fuego medio bajo y dejar hervir unos 15 minutos. Apgar el fuego y dejar reposar cinco minutos hasta que todo el agua se haya absorbido. Pasar a un plato y dejar enfriar a temperatura ambiente.
En un cuenco, mezclar las cucharadas de aceite de oliva virgen extra, con la ralladura y el zumo del limón y la cúrcuma. Mezclar muy bien hasta conseguir un aliño homogéneo. Una vez que la quinoa está fría, volcar el aliño sobre ella e integrar en color y sabor. Terminar con pimienta rosa molida a la hora de servir.
Con qué acompañar la quinoa con limón y cúrcuma
La quinoa con limón y cúrcuma es un plato ideal para usar como guarnición de platos con tofu o verduras asadas al limón con feta marinado. Aunque por supuesto también puede comerse hervido solo, recomiendo la combinación con berenjena asada, brócoli y huevo, para un almuerzo vegetariano bien completo.
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