Es muy habitual que cuando recomendamos escapadas o viajes siempre haya una parte del recorrido donde lo cultural gane a lo natural. También puede pasar al revés y sea lo natural donde se apodere de lo cultural.
Sin embargo, a veces hay auténticos milagros donde se pueden compaginar los planes culturales y naturales en un mismo espacio. Precisamente lo que sucede en el municipio de Aguilar de la Frontera, en la comarca de la Campiña Sur de Córdoba, donde no sólo vamos a descubrir iglesias, palacios y una de las plazas mayores más extraordinarias de toda Andalucía, sino también un refugio natural de incalculable valor biológico.
Consagrado al olivo y la cerámica, Aguilar de la Frontera es un destino donde el aceite prácticamente marca todo el compás del pueblo. No obstante, además de elaborar maravillosos aceites de oliva, Aguilar de la Frontera tiene un patrimonio cultural importantísimo, gestado a partir de la Reconquista.
Por eso, son numerosos los ejemplos de iglesias y ermitas que se distribuyen por este pueblo blanco como la singular Iglesia de Santa María del Soterraño, que se erige sobre una cueva —de ahí el soterraño del nombre— donde la que se cuenta apareció una virgen. Elaborado en estilo gótico mudéjar, como era habitual a comienzos del siglo XVI, la iglesia es además el hogar de la patrona de Aguilar, destacando también una curiosa talla en concha de tortuga que sirve de puerta del sagrario y que es una de las mayores singularidades que podemos encontrar allí.
Vistas desde el Cerro del Castillo, en Aguilar de la Frontera. ©iStock.
Majestuoso es también el templo conventual de San José y San Roque, que constituye uno de los mejores ejemplos del arte barroco cordobés. Así como la casa señorial del obispo Fernández de Toro, levantada a comienzos del siglo XVII y que representa parte de esa grandiosidad que se aprecia a menudo en la Andalucía tras el Descubrimiento de América.
La Laguna de Zóñar, en Aguilar de la Frontera, oficialmente el único lago de Andalucía. ©iStock.
Sin embargo, otra de las grandes rarezas de Aguilar de la Frontera es su plaza mayor. De planta muy singular, se trata de una plaza octogonal, completamente cerrada, que se comunica al exterior con cuatro pasos cubiertos. Erigida en estilo neoclásico, la plaza se llama oficialmente Plaza de San José, pero popularmente se la conoce como plaza ochavada o plaza octogonal. En ella, además, se celebran fiestas y actos como la Cata Popular de Aguilar de la Frontera, que se celebra a primeros de julio con los vinos de la DO Montilla-Moriles como protagonistas.
Plaza de San José, en Aguilar de la Frontera, Córdoba. ©Turismo de Andalucía
Aparte de ello, como decíamos, Aguilar de la Frontera también tiene un patrimonio natural riquísimo. A apenas seis kilómetros del centro del pueblo se encuentra la Laguna de Zóñar, un humedal que es oficialmente el único lago de Andalucía y que es el más importante de los complejos húmedos del sur de la provincia de Córdoba.
Zona ligeramente salobre, la Laguna es perfecta para realizar avistamiento de aves tanto en invierno, durante las migraciones, como en primavera, con especies de avifauna lacustre que supone un gran contrapunto al panorama cultural del pueblo.
Imágenes | iStock / Turismo de Andalucía
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