El turismo de autocaravanas lleva muchos años en nuestras vidas, pero es cierto que el repunte de este tipo de actividades ha brotado con fuerza en la última década y con ello ha venido parte de la polémica.
Habitualmente, las autocaravanas aparcaban en las zonas de camping habilitadas para ello o, a lo sumo, hacían pernocta en algunas zonas relativamente poco transitadas. Sin embargo, en la isla de Menorca están empezando a generar problemas que, además, también tienen que ver con el turismo a dos velocidades.
Como se hace eco Menorca.info, la situación en el mes de mayo ya supone que haya más autocaravanas estacionadas en aparcamientos públicos que en las zonas de camping habilitadas para ello.
Una denuncia que lleva por parte de Nati Benejam, directora del Camping S'Atalaia, en Ferreries, en el interior de la isla: "Hay más autocaravanas en los aparcamientos que en los campings", que lamentaba que solo tenga dos autocaravanas en su establecimiento cuando tiene disponibilidad para hasta 20 plazas.
En la isla, de hecho, el poblado talayótico de Binissafullet (en Sant Lluís) ha cerrado sus puertas tras las quejas ciudadanas que protestaban por el uso indebido que hacían de los parkings cercanos los propietarios de las caravanas que, además, habría generado un problema de residuos.
Habitantes más que turistas
No obstante, no es un problema exclusivo de Menorca. En Mallorca también lo están viviendo en sus propias carnes donde algunos barrios de Palma como Son Moix, La Vileta, Son Rapinya, Son Xigala o Arabela ya comprobaron en 2024 cómo sus zonas de aparcamiento se convertían en improvisados territorios para el autocaravaning. Tanto es así que, incluso en el consistorio palmesano se aprobó una ordenanza cívica que prohíbe aparcar, pero sí permitía dormir en ellas.
La polémica, igualmente, se extiende por la isla de Ibiza donde la policía local denunció el pasado 29 de abril a 22 autocaravanas que habían estacionado en el aparcamiento de es Gorg. En la guerra entre locales, autoridades y caravanistas parece no haber consenso.

Especialmente en la isla de Ibiza que ya tiene previsto que el próximo 1 de junio entre en vigor una normativa que obligará a que cualquier usuario de vehículo vivienda deba alojarse en campings, prohibiéndose la pernocta en vía pública o terrenos privados.
Además, en verano también se exigirá un euro de pago diario a los vehículos que procedan de fuera de la isla, así como la necesidad de reservar plaza y acreditar estancia en un camping debidamente autorizado.
La medida, sin embargo, ha sido contestada por asociaciones de caravanistas que critican la falta de "alternativas reales" a la decisión del Consell de Ibiza, desde Plataforma de Autocaravanas Autónoma Autónoma que reclaman cambios en la normativa.

"La norma está bien; estamos en contra de algunos puntos de la regulación porque estas cuestiones vulneran los principios fundamentales, perjudicando a las personas sin vivienda", advertía Jesús Gallardo, su portavoz.
En la península, además, la polémica también sacude algunos puntos del litoral que enfrenta a autoridades y campistas como sucede en Santa Pola (Alicante), donde el ayuntamiento presume de haber conseguido "erradicar la presencia de caravanas y acampadas en el Camino del Cabo".
La problemática, independiente del lugar, tiene visos de ser más compleja de solucionar de lo que parecería. En Menorca, por ejemplo, el perfil del campista, según Menorca.info, serían turistas que no quieran pagar las tarifas de los campings o, incluso, trabajadores que llegan a la isla para hacer la temporada de verano y acaban viviendo en caravanas y furgonetas.
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