Son muchas las personas, miles, que cada día peregrinan a la Fontana di Trevi, uno de los monumentos más visitados de la ciudad de Roma. Palabras mayores, sobre todo cuando la capital italiana también luce con orgullo su pasado, incluyendo edificios de la talla del Anfiteatro Claudio o del propio Circo Romano. También, como no, del Foro o del Panteón de Agripa.
A todo ello también hay que sumar el legado no tan antiguo que Roma ofrece, convirtiéndose en una auténtica lección de historia del arte que, cuando llega a la Fontana di Trevi, parece palidecer y hacer ver a los visitantes que solo hay que fijarse en la superficie.
Nada más lejos de la realidad, pues bajo la Fontana di Trevi se oculta uno de los mejores tesoros arqueológicos de Roma y no, no estamos hablando de las míticas Catacumbas, sino de un hallazgo completamente visitable que pasa desapercibido para la mayor parte de los turistas que acuden en tropel a Roma.
Se trata de Vicus Caprarius, popularmente conocida como la Ciudad del Agua, un potentísimo complejo subterráneo que data del siglo I d.C y que fue descubierto a finales de la década de 1990.
En Vicus Caprarius, cuyo acceso apenas tiene un precio de cuatro euros, se descubre una excavación de cómo eran las antiguas viviendas de los romanos pudientes, donde también se exhiben artefactos y figuras de la época.
Sin embargo, lo más espectacular de Vicus Caprarius y por lo que se conoce como la Ciudad del Agua es que allí se encuentran parte de los antiguos estanques de la ciudad. Suministrado por el Aqua Virgo, uno de los once acueductos que había en Roma, los estanques aún hoy se llenan con el mismo agua que luego acabará alimentando la Fontana di Trevi.
Imágenes | Vicus Caprarius