Asturias es una región golosa por naturaleza. Aquí conviven los dulces populares —carbayones, marañuela, frixuelos, casadielles— con una generación de obradores contemporáneos que han llevado la repostería asturiana a otra dimensión. Esta segunda ola pastelera, aún joven pero cada vez más influyente, combina la técnica más académica con el producto local y un pulso estético que la acerca a referentes europeos.
En ese mapa, The Pantry by Éleonore destaca como un ejemplo singular: un espacio luminoso frente a la playa de Salinas donde se hornean croissants, pains au chocolat y bollería de nivel francés, con un dominio del laminado que impresiona incluso a los más viajados. Pero The Pantry no es solo una pastelería al uso: es también el corazón de Éleonore, el restaurante gastronómico que sus dueños abrieron en la misma manzana poco antes de la pandemia.
Cristina Arias y Guillermo González: un proyecto de vida
Al frente del proyecto están Cristina Arias Sopeña y Guillermo González, pareja en la vida y en los negocios. Inauguraron Éleonore en 2019, justo antes de que la pandemia pusiera a prueba a medio sector. Superado aquel trance, consolidaron el restaurante como uno de los espacios más personales y técnicos de la comarca de Avilés.
Cristina es el alma pastelera del proyecto. Autodidacta de base, compaginó su trabajo al frente del restaurante La Playa de Luanco con formaciones puntuales en el Basque Culinary Center y en la Escuela Hoffman de Barcelona. Esa mezcla de curiosidad personal y formación académica dio como resultado un estilo singular: obsesión por las masas, gusto por lo estético y un respeto absoluto por el producto.
En la cocina la acompaña desde 2018 Carlos Álvarez León, jefe de cocina con un paso clave por elBulli (2007–2008). Su formación técnica se complementa a la perfección con la pulsión creativa de Cristina, dando al conjunto un equilibrio poco habitual: dulces y panes de una finura excepcional, pero también platos salados de corte contemporáneo que no se parecen a nada de lo que les rodea.
El papel del obrador
Éleonore, el restaurante, se articula a través de un menú que utiliza panes y masas como hilo conductor. Desde snacks como una florentina de maíz o un pain suisse relleno de oricios hasta panes pensados para acompañar cigalas, sardinas o centollas del Cantábrico, la masa está en todas partes. Para sostener ese despliegue, necesitaban un obrador propio.
El orden casi maniático del obrador de The Pantry.
Así nació The Pantry by Éleonore: primero como taller que abastecía al restaurante, y pronto también como espacio abierto al público. Hoy funciona como cafetería–obrador donde se pueden probar, en un formato más accesible, las mismas masas que luego dan sentido al menú gastronómico. Es decir, The Pantry no es un anexo menor: es el alma del proyecto, la parte visible de un engranaje que une alta cocina y vida cotidiana.
Laminados de campeonato
La estrella de The Pantry son los laminados. La regularidad de sus capas, el crujido de la corteza, el alveolado perfecto: todo responde a una técnica de precisión que rara vez se ve fuera de las grandes capitales europeas.
El croissant clásico (2,30 €) es un ejercicio de pureza, el pain au chocolat (3,35 €) ofrece la misma finura, con el relleno justo para no eclipsar la masa. Piezas como el cinnamon twist (5,30 €), el suizo de pistacho (5,30 €) o la lemon pie (5,80 €) muestran cómo la creatividad se apoya siempre en una base sólida. Y creaciones más personales, como la New Palmera Dubai (12 €) o los bollos de avellana (6,50 €), hacen evidente la búsqueda de un estilo propio.
Los laminados de The Pantry
La vitrina no se llena de docenas de referencias: hay lo justo, lo que se ha trabajado ese día. Todo con acabados impecables, desde el brillo de un glaseado hasta la decoración con frutos secos o frutas frescas.
El lado salado
Aunque la bollería es la joya de la corona, The Pantry no se queda solo en lo dulce. La carta incluye opciones saladas que mantienen el mismo nivel de exigencia.
El jamón beurre (8 €) es una versión cuidada del clásico parisino: buen pan, mantequilla de calidad y un jamón cocido digno. El tuna melt (11,50 €) es más rotundo, con queso fundente y pan crujiente. También hay focaccia (4,50 €), huevos revueltos o benedictinos (10,50 €), pancakes (10,50 €) o french toast (13,50 €). Para los más ambiciosos, un brunch completo (30,50 €) reúne una selección de dulces y salados que permite recorrer en una sola sentada todo el repertorio de la casa.
El jamón beurre de The Pantry.
El local y el ambiente
El espacio acompaña: tonos pastel, madera clara, vajilla cuidada y una cocina abierta que deja ver al equipo en acción. Desde la barra y las vitrinas se accede directamente a la trastienda, donde Cristina y Carlos laminan, hornean y glasean a la vista de todos. Es un local con un aire nórdico–mediterráneo, limpio y luminoso, que transmite la misma sensación de calma que las masas en fermentación lenta.
Situado en primera línea de la playa de Salinas, el ambiente es una mezcla curiosa de locales fieles, turistas sorprendidos y surfistas que cambian el bocata rápido por un croissant bien hecho. No es un café de paso: aquí se viene a quedarse un rato, a desayunar sin prisa o a merendar mirando cómo cambian la luz y las olas.
The Pantry by Éleonore
Dirección: C. Pablo Laloux, 13, bajo sur, Salinas, Asturias.
Horario: abre de martes a domingo, de 9 a 15:30 y de 19 a 22:30.
Precio medio: bollería entre 2,30 € y 6,50 €; brunch desde 30,50 €.
Página web: https://www.thepantrybyeleonore.com/
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