Mientras media España compite por lucir el mayor espectáculo de luces, figuras y atracciones, con Vigo a la cabeza, otra localidad gallega ofrece unas fiestas distintas sin renunciar a la magia de la Navidad. Con un presupuesto mínimo y materiales reciclados, Allariz se transforma en un pueblo nevado imbuido de espíritu navideño, aunque esta histórica villa tiene recursos de sobra para visitarla todo el año.
Situado en la mitad occidental del municipio de Orense, los orígenes de Allariz se remontan a los primeros castros ocupados por poblaciones romanas cuya huella se permanece hoy en los conjuntos arqueológicos visitables cercanos a la localidad. Pero el pueblo tiene un alma profundamente medieval; residencia de reyes y nobles, el primitivo castro, que nació como punto estratégico junto al río Arnoia, conserva su identidad en su magnífico casco viejo, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1972.
Este centro histórico es el corazón de la villa, y pasear por intrincado entramado en cualquier época del año es atravesar el tiempo a través de calles y plazas labradas en piedra. Gracias a una premiada restauración, es un entorno urbano que exhala historia donde hoy conviven vecinos y visitantes aún en armonía y sin las masificaciones de otros destinos gallegos que más han sucumbido al turismo globalizado.
Hace ya años que Allariz prefiere apostar por unas fiestas navideñas más sostenibles sin gigantescos árboles artificiales de metal ni millones de luces de colores. Con un presupuesto que este año es de apenas unos 9.000 euros, el ayuntamiento opta por sacar partido de materiales reciclados y decoraciones más humildes, que sin embargo logran convertir la villa en un pueblo navideño teñido de blanco, recreando diferentes escenarios plagados de encantadores detalles.
Si el tiempo acompaña, la villa ofrece además un recorrido más que recomendable siguiendo el río Arnoia, un espacio verde donde pasear o practicar deporte, y que conduce hasta el Festival de Jardines. Con este peculiar nombre se presentan más de tres hectáreas de una naturaleza peculiar, todo un puzzle de jardines e instalaciones que combinan agua, sonidos, colores, flores y vegetación de todo tipo, casi un parque temático del jardín que cambia año tras año.
Allariz también acoge variopintos museos, como el entrañable Museo Gallego del Juguete o el peculiar Museo del Cuero, monumentos e iglesias, y un entorno natural imprescindible para los amantes del senderismo, el ciclismo y las actividades en plena naturaleza, dentro con la bautizada como Área de Allariz, declarada Reserva de la Biosfera.
A todos estos atractivos se suma ahora la Navidad 'diferente', que ofrece un recorrido temático con once paradas para descubrir donde además se celebrarán diferentes actividades. La casa de Papá Noel, una estación de esquí, una pista de patinaje sobre hielo, una casa de gnomos... muñecos y figuras llenan de magia en estas fechas las calles de un pueblo al que ya le sobran encantos los doce meses del año.
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Fotos | Turismo de Allariz
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