A menudo, cuando compramos conservas de pescado y de marisco, pensamos que el hecho de que la empresa sea española –o que el producto esté elaborado en España– supone que el origen de lo que hay dentro sea español, pero nada más lejos de la realidad.
Una empresa española puede perfecta (y legalmente) procesar y envasar pescados y mariscos de otras zonas pesqueras, algo relativamente frecuente por razones de costes, pero también por motivos de vedas, paros biológicos y escasez de determinados tipos de mariscos que permiten que esos productos provengan de otros caladeros.
Sin embargo, aunque no todas las empresas conserveras lo hacen –pues no están obligadas a ello–, muy pocas sí apuestan por demostrar que el origen de lo que están incorporando a su lata de conservas, ya sea de pescado o de marisco, es de origen español o, cuanto menos, origen peninsular.
Esto no quiere decir que el marisco o el pescado de otras pesquerías y otros caladeros sea malo, ni de peor calidad, pero sí que procede de otras zonas del mundo y que eso, aunque a veces el consumidor no lo percibe, se puede leer fácilmente en el envase de algunas conservas, pero también debería poder verse en los envases del pescado congelado.
Para ello, solo tenemos hacer algo tan evidente como comprobar determinada numeración –si aparece, insistimos– en los envases de las conservas y que nos aporta la información de las principales zonas pesqueras de la FAO (Food and Agriculture Organization, por sus siglas en inglés o Organización para la Alimentación y la Agricultura, un organismo dependiente de las Naciones Unidas).
Estas zonas pesqueras delimitan distintos territorios marinos en zonas que, a su vez, luego se convierten en subzonas y, en según qué lugares, también en una categoría aún más pequeña: las divisiones. En cierto modo, para entenderlo, sería como comprender un sistema geopolítico de comunidades autónomas, provincias y municipios pero, con sus diferencias, llevado al mar.
El ejemplo español dentro de las zonas pesqueras de la FAO
Antes de explicar en qué zonas pesqueras de la FAO está España, hay que matizar también que mucho pescado que se procesa en España no se captura aquí, pero son buques españoles los que lo capturan, razón por la que prestar atención a las zonas pesqueras de la FAO es más práctico si queremos saber el origen de los mariscos que vemos en nuestras conservas, ya que no se pescan en alta mar, sino en las aguas continentales.
De tal modo, España está presente en tres grandes zonas: la Zona 27, correspondiente al Atlántico nordeste; la Zona 37, correspondiente al mar Mediterráneo y al mar Negro, y a la Zona 34, comprendida en el Atlántico, centro-oriental, donde encontramos las Islas Canarias.
En este caso, estas sardinillas proceden de la División 37.2, que corresponde al Mediterráneo central –mares Adriático y Jónico–.
Sin embargo, como son extensiones tan bastas, necesitamos ir más allá y mirar las subzonas y, en algunos casos, las divisiones. Por ejemplo, la Subzona 27.8 corresponde al Golfo de Vizcaya (delimita geográficamente por una línea imaginaria desde el Cabo Ortegal, en la provincia de A Coruña, hasta la Punta de Pern, en la Bretaña francesa.
Las subzonas FAO 27, 34 y 37 corresponden a las aguas que bañan directamente las costas atlánticas y mediterráneas de España.
No obstante, la FAO amplía esa medida desde el cabo Finisterre, no solo desde Ortegal. Por este motivo, en esta subzona deberíamos bajar hasta la división, comprobando que la División 27.8.c corresponde al Golfo de Vizcaya sur, es decir, las costas que bañan la cornisa cantábrica.
Luego nos interesa también poner en el mapa conservero el resto de Galicia, que ya está en la Subzona 27.9 (correspondiente a aguas portuguesas), pero donde hemos de bajar a la división para saber qué nos toca como españoles: la División 27.9.a, es decir, 'Aguas portuguesas - este', donde se incluye la bahía de Cádiz y buena parte de Galicia. Esta zona FAO es especialmente relevante, sobre todo por el marisco y, más concretamente, por el mejillón. Esta nomenclatura, por cierto, a veces se aprecia con el cifra de la división en números romanos.
Estos mejillones proceden de la División FAO 27.9.A, es decir, estarían capturados dentro del espacio que comprende Portugal, el sur de Galicia y la bahía de Cádiz.
Para el caso canario debemos ir a la Subzona 34.1 (Costa septentrional) y más concretamente a la División 34.1.2 (que incluye Islas Canarias y Madeira). Ya en el Mediterráneo, la zonificación implica menos complicaciones considerando las costas españolas dentro de la Subzona 37.1 (correspondiente al Mediterráneo occidental).
Si buscamos más concreción, corresponde a la División 37.1.1 (denominada Baleares), aunque implica todo el litoral mediterráneo español y la práctica totalidad de la costa norteafricana que va desde el estrecho de Gibraltar hasta el cabo Roux, que marca el límite costero entre Argelia y Túnez.
Ahora, con esta información en la mano, ya sabes qué productos –sobre todo mariscos– provienen de España cuando lo veas en el envasado de alguna conserva aunque, como hemos advertido arriba, muy pocas marcas ponen la zona FAO en sus envasados.
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