Aunque la dinámica de MasterChef Celebrity es más cercana al reality que su versión con aspirantes desconocidos, los famosos se enfrentan a pruebas igual o más complejas.
En este programa, los concursantes que vestían el delantal negro se han tenido que enfrentar a la que el jurado ha calificado como la prueba más difícil de las 13 ediciones del concurso: una cúpula de chocolate blanco que escondía en su interior elaboraciones que requerían más de 90 pasos para completarse.
Tampoco las primeras fases del programa han sido un camino de rosas. En la primera prueba, el jurado ha retado a los concursantes a elaborar un menú específico, adjudicado al azar, dirigido a personas con intolerancias y alergias alimenticias al gluten, al huevo, a los frutos secos, al marisco, a la lactosa y a la fructosa.
La nutricionista Marta Garaulet ha recordado, no obstante, que es importante no limitar alimentos como el trigo o la leche en personas que no tengan problema para tomar estas. “Un 40% de los niños entre 8 y 12 años tienen insuficiente calcio y es porque no toman leche”, ha señalado a modo de ejemplo.
Los aspirantes han tenido que elaborar seis raciones de tres platos, cada uno, utilizando los ingredientes que había en sus neveras cuando dejaron sus casas, que podían completar la cesta con los productos del supermercado.
Los concursantes han servido sus elaboraciones en una cata a ciegas a un grupo de comensales seleccionados entre amigos suyos, entre los que se encontraban otras celebrities (con las que aprovechar para hacer promo de otros programas de RTVE) como Cayetana Guillen Cuervo, Juan Ramón Lucas, Topacio Fresh, José Mota o Florentino Fernández. Estos en vez de elegir el mejor menú han escogido aquel que pensaba que correspondía a su amigo: Santiago Segura y Antonia dell’Atte han empatado en las votaciones, pero ha sido esta última la que ha ganado la prueba y se ha llevado, además, 4000 euros que ha donado a la Fundación Elena Barraquer.
Vacaciones en el mar
Como de costumbre, la prueba de exteriores se ha aprovechado para hacer promoción, en esta ocasión de MSC cruceros. Los concursantes se han montado a bordo de un barco de la compañía donde, después de hacer publirreportajes en las distintas zonas del crucero, han tenido que dialogar para crear ellos mismos los equipos que debían enfrentarse a la prueba sin capitanes y tomando decisiones consensuadas. Como no se han puesto de acuerdo, ha sido el jurado el que ha decidido como debían formarse los equipos.
Cada equipo ha tenido que preparar un menú con entrante, principal y postre para 100 personas, diseñado por el chef Ramón Freixa (dos estrellas Michelin), que han servido en un bufé a los pasajeros reales del crucero.
El equipo azul, formado por Boris, Antonia y Mario, ha tenido que preparar una ensalada de quinoa, crema de aguacates y langostinos -una versión renovada del clásico cóctel de gambas-; de segundo, unos canelones; y, de postre, un milhojas de fresa con crema de vainillas.
Ona, Santiago y Paz, que han conformado el equipo rojo, han tenido que elaborar un gofre de patata, pulpo, salsa tártara y aceite de pimentón; de segundo, un bacalao confitado con garbanzos con picada de frutos secos y ajoaceite de remolacha; y de postre uno profiteroles con nata y selva negra de chocolates (elaborados con la tan versátil pasta choux).
El equipo azul, pese a su griterío insoportable, ha trabajado mejor en equipo, logrando sacar adelante sus platos con bastante solvencia, no así el equipo rojo, que no ha conseguido elaborar los profiteroles ni los gofres de patata, por lo que sus platos han quedado enormemente deslucidos.
Ya estamos en la recta final de programa: los ganadores de la prueba -Antonia, Mario y Boris- se han convertido en los primeros semifinalistas del concurso. Santiago, Paz y Ona (que se ha comido todas las pruebas de eliminación de lo que va de programa) se han tenido que ver las caras en la última prueba.
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— MasterChef (@MasterChef_es) 4 de noviembre de 2018
Complejo duelo dulce
De vuelta a las cocinas de MasterChef Celebrity, los delantales negros se han enfrentado a la que el jurado ha calificado como la prueba más compleja de la historia de todas las ediciones del talent culinario.
Ona, Santiago y Paz han tenido que reproducir uno de los espectaculares postres de Jordi Butrón, uno de los colaboradores habituales del programa, que creó junto con Xano Seguer el primer restaurante de postres del mundo: Espai Sucre.
Los aspirantes han contado con 160 minutos para realizar un complejísimo postre en forma de cúpula que consta de 90 pasos para su elaboración, con chocolates, frutos secos, mousses, bizcochos...
Los tres concursantes se han esforzado al máximo, pero Ona y, especialmente, Paz han logrado reproducir la cúpula con bastante exactitud, pero Santiago, que ha hecho la capa de chocolate demasiado fina, no ha podido presentar el que era el elemento fundamental del postre, la propia esfera, que se debía romper frente al comensal para descubrir el resto de elaboraciones.
La prueba se ha llevado por delante, por tanto, a uno de los favoritos del programa. Y es que, ya se sabe, este concurso no deja lugar a los errores.
Imágenes | RTVE/MSC Cruceros