Desde hace unos años se ve por todas partes, pero muchos siguen sin tener claro en qué consiste realmente un brunch y, sobre todo, por qué ha tenido tanto éxito entre la gente joven, que son quienes lo consumen principalmente. Pero eso tiene solución, así que sigue leyendo si quieres saber todo lo relativo a esta tendencia gastronómica: qué es, cuándo se toma, qué lleva, cuánto cuesta,...
Desde luego, la mejor manera para conocer de primera mano de qué va eso del brunch es acercándose a una de las cafeterías o restaurantes que lo ofrecen. Eso sí, antes de presentarte allí sin reserva, asegúrate de que está disponible el día que quieres ir, ya que la mayoría de los sitios que lo incluyen en su carta solo lo sirven los fines de semana (aunque también los hay que están disponibles a diario).
Brunch: Breakfast + Lunch
¡Así de sencillo! El concepto anglosajón brunch no es más que la suma, o más bien fusión, del desayuno y el almuerzo. Una comida bastante completa a media mañana que ha sido ideada para aquellos que no llevan bien eso de madrugar, de ahí que principalmente se disfrute en fin de semana, después de haberse corrido una buena juerga la noche anterior.
Y aunque aquí ya teníamos el término "tentempié", lo cierto es que suena mucho mejor este palabro que además llega directo de Estados Unidos. Y, ciertamente, quién se va a atrever a cuestionar algo que ya ha triunfado en el famoso barrio del Bronx (Nueva York), sobre todo los domingos después de la misa de 12.
Para ser justos, el brunch no sólo lo toman, en grupo, los jóvenes de resaca. También se da el caso de grupos de personas que lo usan de un modo profesional, para hacer reuniones, celebrar congresos o cerrar negocios entre huevo poché y su buena dosis de aguacate o salmón ahumado.
En cualquier caso, hay una serie de platos que suelen repetirse en la mayoría de espacios que sirven este suculento menú en el que se combina lo dulce y lo salado. ¡Vamos a verlos!
Qué suele llevar un brunch
Aunque no hay ninguna ley que establezca qué puede entrar y qué está terminantemente prohibido en un brunch, lo cierto es que hay una serie de elaboraciones que son fijas en casi todos. Te las contamos a continuación.
Al tratarse de una comida fuerte que se da en la franja de mañana, es imprescindible el pan, que puede ser blanco, integral, con semillas,... Su función principal es acompañar a una serie de alimentos con alto contenido en proteínas y calorías, sin dejar de lado los aspectos nutricionales y dietéticos que nos permiten acompañarlos de lácteos y fruta. Tampoco suelen faltar una buena tabla de quesos y algo de embutido. A menudo se aprovechan sobras de panes y masas dulces o semidulces para hacer french toast o tostadas francesas.
Es fundamental que haya un equilibrio entre los productos dulces y salados, de ahí que sea frecuente encontrarse cestas con confituras de sabores variados junto a piezas de bollería artesana. O sándwiches tipo mixto (jamón y queso), Croque Monsieur o el mítico sándwich Club.
También debe haber representación de platos calientes y fríos,. Por ejemplo, uno de los grandes clásicos bruncheros son los huevos a la benedictina, que para el que no lo sepa consiste en un huevo escalfado sobre una tostada con bacon, salmón o aguacate, todo ello regado con abundante salsa holandesa.
En cuanto a las bebidas, nunca se prescinde de los zumos de fruta fresca, los cafés y los tés. Aunque siempre están los que optan por los cócteles, desde mimosas, una copa a base de zumo de naranja y champán, o el atemporal Bloody Mary, con zumo de tomate, vodka, salsa Perrins y limón.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el tema de la presentación. Como habrás visto en algunas imágenes, la comida debe estar dispuesta en la mesa a modo de tapas para que los comensales puedan ir eligiendo, en el orden que a cada uno le parezca, el producto que más le apetezca.
Y, entonces, por qué está de moda
Pues la idea es que, a estas alturas, tú mismo (o misma) fueras capaz de responder a esta pregunta. Y es que, a pesar de tener toda la información, hay muchas personas que no terminan de entender qué haya causado tanto furor entre la población española. Ya que nosotros, otra cosa no, pero saber bajar al bar a media mañana para reponer fuerzas o para llevarnos algo contundente a la boca después de haber estado al pie del cañón hasta bien entrada la madrugada, es algo que llevamos en el ADN.
Pero lo más probable es que el brunch sea simplemente una buena excusa para, además de darse un homenaje calórico al que no le falta de nada, uno pueda ver a los suyos, recordar alguna que otra batallita y, de paso, dar buena cuenta de todo lo que allí acontezca en Instagram. Vamos, eso que ahora se llama crear contenido.
Brunch (Come bonito)
¿Qué? ¿Te has quedado con ganas? Pues ya sabes, recuerda hacer fotos a absolutamente todo o de contar en directo qué te estás llevando a la boca de principio a fin. Ah, y no te olvides de coger entre 20 y 30 euros, que es lo que suele costar de media esta genialidad. A ver si al final te va a tocar quedarte a fregar los platos.