Las plagas de insectos molestos llegan puntualmente cada verano y los mosquitos no son menos en un verano que se ha avanzado y que ya reina en la mayoría de ciudades y pueblos de nuestra latitud.
Sus molestias son evidentes y lo único en lo que uno piensa es en exterminarlos lo más rápidamente posible pero, más allá de cargarse unos cuantos ejemplares elegidos aleatoriamente, lo mejor es prevenir su aparición a nuestro alrededor.
En realidad, hacer que no se acerquen a nosotros es la estrategia ideal para prevenir cualquier picada y promover, de paso, que se vayan de paseo a otra parte.
Aunque existen en la industria numerosos insecticidas con diferentes espectros de acción y diferentes componentes químicos, los ingredientes que tenemos en la cocina también permiten cierta alquimia para ayudar en la labor y, de paso, decorar esta estancia con tanto trote.
Las plantas aromáticas son grandes aliadas en la prevención de los mosquitos, pues estos insectos cuentan con potentes olfatos que son, precisamente, los que les permiten identificar nuestros riegos sanguíneos a distancia.
Según ponen de relieve los estudios científicos más recientes, los mosquitos, responsables de la propagación en el mundo de enfermedades tan serias como el zika y el dengue, tienen un olfato muy afinado y difícil de engañar.
De hecho, el sector de la cosmética dedicada a la prevención de las picaduras se empeña en enmascarar el cóctel de olores que desprende el ser humano (aunque no es lo único de nosotros que los atrae, como el dióxido de carbono).
En realidad, en cuanto a los olores, muchos desconocen que lo que llama la atención de estos insectos son los olores dulces, de modo que hay que saber que ciertos perfumes pueden atraer a estos animales.
Aromáticas de uso culinario
En el lado contrario, aromas cítricos que tienen también la función de ingredientes de cocina son grandes aliados para echar a estos molestos inquilinos de nuestra vera.
Estos odian el olor que desprende la albahaca, una planta maravillosa para tener en la cocina a mano creciendo vigorosa durante estos meses para añadir, por ejemplo, a pastas y pizzas.
También, la menta es una planta que desagrada a estos animales y que es genial tener en la cocina para platos y cócteles especialmente veraniegos. Una maceta de menta evitará que se nos acerquen.
Otra gran opción es el tomillo, muy resistente y que aparte de permitir elaborar multitud de deliciosas recetas mediterráneas, repele a los mosquitos, muy poco interesados en su característico aroma.
Las hojas de laurel son también repelentes naturales. Estas se pueden colocar sobre un plato o frotar directamente aceite a base de laurel en la piel para que no se nos acerquen. Esta planta repele de paso a moscas, hormigas y cucarachas.
Estas plantas son muy útiles en la cocina para disponer también en elaboraciones gastronómicas diferentes, y, matando dos pájaros de un tiro, mantener a raya a estos insectos en una de las salas con las ventanas más frecuentemente abiertas de toda la casa.
Aromáticas decorativas
La planta más emblemática para ir contra esta plaga veraniega es la citronella, que ayuda a repeler a estos insectos en todos sus formatos. Esta planta es la solución más reconocida para luchar contra los mosquitos y puede tenerse en maceta en la cocina.
La lavanda es otra de las plantas que no gusta a los mosquitos. Su presencia es habitual en las cocinas, no como ingrediente, sino como maceta decorativa para cualquier rincón. Hay que aprovechar su efecto embellecedor para que no se acerque ni uno de estos vampiros.
La salvia, más habitual en zonas de exterior pero comercializada también en maceta para interiores, es otra de las grandes aliadas contra estos insectos. Es muy útil para poner en ventanas y puertas.
En un plano más decorativo y mil veces más aromático, el jazmín es una bellísima solución para auyhentar a estos molestos insectos. Su penetrante aroma es una barrera para los mosquitos a la vez que nos traslada a un vergel.
Otros ingredientes
Huyendo de los aromas discordantes, los mosquitos también odian el olor a vinagre, de modo que un vaso lleno de este líquido también consigue distraerlos de su misión.
La manzanilla también es útil para untarse en la piel y mantenerlos lejos. Por ejemplo, una infusión de sus flores embadurnada en frío en la piel los distraerá.
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El limón y la naranja, como cítricos por excelencia expulsan a estos insectos. Para redoblar esfuerzos, se les pueden clavar clavos de olor y así crear una mezcla potente de aromas de la que, sin duda, huirán.
Fotos | Pragyan Bezbaruah/Pexels, Egor Kamelev/Pexels e Icon0.com/Pexels.
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