Con el fútbol y los aperitivos, no hay nada que acompañe mejor que una buena cerveza. Seguro que muchos de vosotros os habéis visto tentados por esos barriles de cerveza en miniatura. Pero ¿Merecen la pena? Hablando claro: no.
Para los que no sepáis de lo que estoy hablando, hace ya varios años, salieron al mercado unos barriles de cerveza de 5 litros de una conocida marca de cerveza holandesa, con su pseudo sistema de presión y todo. Prometían una cerveza mejor, ser el alma de la fiesta y hasta que tu equipo ganara si los comprabas; “to mentira”.
Bueno, para ser francos, un poco el alma de la fiesta sí que son, porque el proceso de servirte una caña en condiciones tiene su aquel, y el barril adquiere un protagonismo que las latas o los botellines no tienen, salvo que nos dediquemos a abrirlos de formas inverosímiles.
Volviendo un poco al tema que nos concierne, lo mejor es que revisemos las ventajas e inconvenientes para comprobar por qué no merecen la pena los barriles de cerveza domésticos:
Ventajas
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Tienen su gracia, y lucen mucho en la mesa
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Bien tirada, la caña sale con una espuma densa y agradable
Inconvenientes
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Son caros, la cerveza sale a casi el doble de precio que si compramos latas de la misma marca —que ya es cara—. El litro viene a costar unos tres euros.
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Hay que ser muy previsor, ya que necesita estar casi 12 horas en la nevera para enfriarse bien (así que descartado para el partido de esta noche)
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Las primeras cervezas salen con mucha espuma, o más bien todo espuma, y eso manejando el barril con cuidado y tirando con mimo, si lo movemos bruscamente o servimos al tuntún, la cosa empeora. Al sacarlo de la nevera, conviene dejarlo reposar unos minutos.
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Se calientan con facilidad, es decir, que las últimas cañas no están especialmente frías.
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Hay que bebérselo de una (igual esto es una ventaja), porque aunque el gas no pierde fuerza, a partir del día siguiente la cerveza no me sabe igual.
Como habéis podido comprobar, los barriles de cerveza no son la panacea, especialmente los que tienen su propio sistema de presión. Luego hay otros, por ejemplo, de las deliciosas Franziskaner y Paulaner (y muchas más marcas), que son como una gran lata de cerveza, con un precio más razonable dada la calidad de esas cervezas (12 euros), pero que se sirven por gravedad con un grifo en la parte inferior.
Estos barriles los podemos usar en algunos tiradores domésticos —incluso he visto neveras que los incorporan— pero las experiencias que he tenido con estos tiradores es que que hacen desperdiciar mucha cerveza, aunque en este caso no los he manejado lo suficiente como para juzgarlos. Igual vosotros podéis ofrecerme vuestras impresiones.
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