Mi compañera Pam comparte mi pasión por descubrir el trabajo de diferentes artistas y diseñadores que se basan en la comida como fuente de inspiración. No he podido evitar acordarme del original trabajo de Hong Yi que nos enseñó hace unas semanas cuando he descubierto el talento de Samantha Lee, otra mente creativa que nos lleva a mundos de fantasía con sus platos de comida.
En este caso no estamos ante una artista o una profesional de la gastronomía, sino que se trata de una madre inquieta de Malasia que disfruta dando rienda suelta a su imaginación narrando historias en su lugar de juegos favorito, la cocina. De este modo, a través de Instagram ha ido compartiendo sus originales creaciones con sus cada vez más numerosos seguidores, que valoran no sólo el factor artístico sino también la propia receta de cada obra.
Y es que Samantha Lee no concibe sus trabajos como un mero entretenimiento con el que jugar con ingredientes al azar, sino que cada una de sus obras son realmente comidas pensadas para alimentar a su familia. De hecho, la autora comenzó su peculiar andadura artística cuando se quedó embarazada por segunda vez, en diciembre de 2008. Según cuenta ella misma, quería que su primogénita, de poco más de un año, comenzara ya a comer por sí misma, y para animarle se le ocurrió dar un toque especial a sus platos.
Fue así como empezó a desarrollar su creatividad jugando con los componentes de cada comida, creando pequeños cuentos o recreando los personajes de fantasía favoritos de su hijo en cada plato. El éxito que empezaron a tener sus fotografías en Instagram lo llevó a comenzar a recoger sus creaciones en una página web, y a compartir tutoriales y recetas de sus obras en un blog.
El trabajo de Samantha Lee me ha fascinado por la capacidad que tiene de crear pequeños mundos mágicos en platos de comida nutricionalmente completos, y la originalidad y talento con la que lo hace. Su estilo simpático e infantil me recuerdan al arte que tienen muchos japoneses a la hora de preparar sus bentos, las comidas en recipientes para llevar, un campo que ella también maneja.
Lee comenta que con el tiempo sus hijas han entrado a colaborar en la fase creativa de sus obras eligiendo personajes y temas. A pesar de todo, este tipo de platos de fantasía no son la comida diaria de su familia, ya que ha procurado enseñarles que los alimentos no son un juego. Esta madre afirma que sus creaciones son esencialmente sencillas y que no le gusta enmascarar los ingredientes ni desperdiciar comida. ¿Os animáis a seguir alguno de sus tutoriales?
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