Un buen cocido se hace a fuego lento

Un buen cocido se hace a fuego lento
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Hay recetas que son un ritual. Y son un ritual porque así hemos querido que sean después de tantos años hacerlas, y no solo eso. El hacer una receta de una forma determinada nos une con nuestro árbol genealógico, con nuestras generaciones pasadas que lo deberían hacer exactamente de la misma forma, aunque fuese con otros medios.

Una de esas recetas y es la que quería compartir con vosotros, de forma narrada, es el cocido. En mi caso el cocido madrileño, en el caso de mi mujer el cocido de pelotas de Orihuela, en el caso de un gallego del cocido galego… cocidos castellanos, murcianos, extremeños. En cada sitio un cocido, en cada sitio unos ingredientes pero todos comparten lo misma esencia. El ser cocinados a fuego lento.

Cómo hacer un cocido a fuego lento

El ritual marca que hay que levantarse pronto. Es indispensable para poder poner a cocer los garbanzos, previamente puestos a remojo con un puñado de sal gorda la noche antes. Dicen que los garbanzos, si no se ponen con sal, y además gorda, “encallan” y no quedan tiernos. Es un ritual, vamos a hacerles caso.

Marcando el ritmo, recordad, a fuego suave, acompañamos los garbanzos con suficiente agua y las carnes deseadas. También podemos añadir alguna hierba aromática y verduras varias para el agua. El sabor será mucho mejor al final.

Cocido

Al igual que el fuego cuida la cocción, nosotros cuidaremos el caldo. Limpiándolo a menudo. Pero sin ser esclavos del mismo. Podemos ir a comprar el pan, sacar a los perros, ir con los peques al parque. Todo lo que queramos, siempre teniendo en mente el cocido que nos vamos a comer.

Después de tres horas los garbanzos están tiernos, las carnes blandas y solo nos queda terminarlo con los chorizos, morcillas, patatas y zanahorias llegado el caso. Si es un cocido madrileño lo tendremos a punto solo en 30 minutos más. Solo 30 cociendo con ese ritmo lento pero constante.

¿Y qué mejor que hacer un cocido a fuego lento, que ese fuego sea de gas? Poder controlar exactamente el poder de la llama, nivelar el lento ebullir de la cazuela hasta darle el punto deseado a todas las viandas…. despacio, muy despacio.

¡Ay, qué hambre!

Fotos | scaredy_kat | Daquella manera
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