Cuando descubrí esta receta de cake de naranja con glasa de naranja en el blog de Ester supe enseguida cuál sería el próximo bizcocho que iba a hacer, pues con la cantidad de naranjas que tenemos en esta época del año, me gusta ir variando la forma de aprovecharlas.
Creo que será suficiente con que os diga que en casa me han pedido que ya no "experimente" más con otras recetas, pues esta les pareció deliciosa. La glasa con la que se recubre le confiere un aroma espectacular, aunque me permití una ligera variación reduciendo al máximo la cantidad de azúcar.
Empezamos precalentando el horno a 170ºC. Después, mezclamos en un bol grande la piel de naranja con el azúcar. Añadimos los huevos, batiendo con unas varillas sólo lo justo para integrar los ingredientes. Agregamos la pizca de sal y la nata, sin parar de mezclar.
Cuando esté todo bien integrado, tamizamos encima de la mezcla la harina con la levadura química y mezclamos de nuevo con las varillas hasta que justo esté integrado. Fundimos la mantequilla a 40ºC (calentándola lo justo para que se funda) y la agregamos a la mezcla anterior, batiendo de nuevo.
Verter la masa obtenida en un molde de plum-cake engrasado y forrado con papel parafinado y la horneamos unos 35 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. La sacamos del horno y la dejamos enfriar unos cinco minutos. Sacamos el bizcocho del molde, lo colocamos sobre una rejilla y lo glaseamos.
Para hacer la glasa, ponemos en un cuenco el azúcar molido y le vamos agregando zumo de naranja muy poco a poco, hasta que nos quede con una textura semi líquida. Para conseguir esta textura, entre líquida y espesa, es muy importante echar el líquido poco a poco, para no pasarnos. Para potenciar el sabor a naranja, podemos espolvorear la glasa con ralladura de naranja.
Con qué acompañar el cake de naranja con glasa de naranja
Especialmente delicioso para desayunos y meriendas, aunque esta receta de cake de naranaja con glasa de naranja es una auténtica tentación y mientras quede un trocito os costará resistiros a cortar una rebanada más. Para que no se endurezca, lo mejor es que lo guardéis en un recipiente hermético.