Los guisos de carne son platos muy reconfortantes, sencillos y versátiles para ir variando simplemente cambiando las especias o los distintos acompañamientos. Con esta receta de estofado de ternera con guindilla y limón tenemos un contrapunto de sabores muy interesante con toques picantes y cítricos que se complementan muy bien.
Como siempre digo a la hora de cocinar con guindillas y otros ingredientes picantes, hay que ajustar el nivel a nuestro gusto o tolerancia, y también a la de los demás comensales que vayan a disfrutar del plato.
Cortar la carne de ternera en tacos de más o menos el mismo tamaño, no muy grandes. Pelar y picar fina la cebolla dulce y el diente de ajo. Exprimir el zumo de limón y reservar la piel. Picar la guindilla desechando las semillas interiores. Calentar un poco de aceite de oliva en una cazuela a fuego vivo y dorar la carne. Salpimentar, retirar y reservar.
Pochar la cebolla y el ajo durante unos minutos a fuego medio. Reincorporar la carne, añadir la guindilla, la ralladura de limón y la salsa Worcestershire. Cocinar un par de minutos y regar con el vino, el caldo y el zumo de limón, removiendo bien. Bajar el fuego, tapar y dejar cocinar alrededor de una hora, removiendo de vez en cuando, hasta que la carne esté tierna.
Destapar y sazonar con un poco más de pimienta, el comino y perejil picado. Cocinar un poco más y servir con otra pizca de ralladura de limón y guindilla picada por encima.
Con qué acompañar el estofado de ternera
Podemos servir este estofado de ternera con guindilla y limón acompañado de una guarnición de patatas en cualquiera de sus formas, aunque a mí me gusta emplear puré de patatas para platos de este estilo. El nivel de picante con la guindilla se puede ajustar al gusto.
