Si preparamos las cremas de verduras usando un buen caldo de base en lugar de agua, el resultado final lo agradecerá muchísimo. Para conseguir un buen sabor en las cremas frías como esta de zanahoria además es recomendable emplear una buena cantidad de hierbas aromáticas y especias, así que no os cortéis en aderezarlas a vuestro gusto.
Picar la cebolla y el diente de ajo. Lavar y trocear las zanahorias. Calentar dos o tres cucharadas de aceite de oliva en una olla o cazuela y pochar la cebolla con el diente de ajo unos minutos. Añadir las zanahorias, removiendo bien.
Incorporar el laurel, la cúrcuma, el comino, el tomillo, el zumo de limón, pimienta negra y un poco de sal. Cubrir con el caldo, llevar a ebullición y dejar cocer a fuego lento hasta que la zanahoria esté muy blanda. Vigilar de vez en cuando que no pierda mucho líquido.
Dejar templar un poco y triturar, añadiendo más o menos caldo según la consistencia deseada. Salpimentar al gusto. A la hora de servir, disponer un poco de queso freso, crème fraîche o yogur, y espolvorear con un poco de perejil.
Con qué acompañar la crema
Podemos preparar esta crema fría de zanahoria la víspera para que se asienten los sabores y tenerla a punto para servir recién sacada de la nevera. Aunque recomiendo dejarla atemperar un poco a temperatura ambiente, ya que si está demasiado fría se pierde sabor. Es un primer plato ideal para los días más calurosos.
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