Que no te eche para atrás el calificativo vegetariano de esta receta. Lo usamos para facilitar la búsqueda a quienes siguen este tipo de dieta. Aquí lo que importa es que estos champiñones portobello rellenos de crema de cebolla y queso están tan brutales que cualquiera puede caer rendido a sus pies.
Hemos usado champiñones portobello de los grandes, lo que hace que con uno de ellos sea suficiente por cabeza. Si solo encuentras de los pequeños, haz esta receta igualmente, pero prescinde de hervir los champiñones antes de rellenar y reduce el tiempo de horno a la mitad. No te quedes sin hacerla, es pura gula. Para chuparse los dedos hasta el codo.
Lavamos los champiñones y los secamos bien o los limpiamos con un trapo húmedo. Retiramos (y reservamos) los pies. Hervimos los sombreros en abundante agua durante tres minutos. Retiramos y dejamos escurrir sobre un colador, colocándolos boca abajo para que no acumulen agua.
Calentamos un poco de aceite en una sartén y pochamos la cebolla, previamente picada, durante diez minutos. Añadimos los pies de los champiñones, también picados, y rehogamos un par de minutos. A continuación regamos con el vino blanco, subimos el fuego y dejamos evaporar.
Añadimos la harina y removemos, dejando que se tueste un poco antes de incorporar el queso crema y la leche. Salpimentamos al gusto. Mezclamos bien y cocemos a fuego suave durante diez minutos. Agregamos el queso Gouda, cortado en pequeños dados, y dejamos atemperar.
Por último, encendemos el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo. Repartimos la farsa sobre los champiñones y espolvoreamos con un poco de pan rallado. Colocamos en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal o de aluminio, y horneamos durante 20-25 minutos o hasta que la superficie esté dorada. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar los champiñones portobello rellenos de crema de cebolla y queso
Si los sirves como almuerzo ligero o a la hora de la cena, con uno de estos champiñones portobello rellenos de crema de cebolla y queso por cabeza acompañado de una ensalada mixta o un tomate aliñado será suficiente. También los puedes servir como entrante, seguido de una carne, pescado o plato de verdura o legumbre contundente (si quieres mantener el menú vegetariano).
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