Aunque no lo creas, el mejor amigo de tus purés de verduras siempre va a ser el horno

Este paso previa permite darle alegría al resultado final sin esforzarte más de la cuenta

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Jaime de las Heras

Editor Senior
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Jaime de las Heras

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¿Puré de verduras y horno? ¿Nos hemos vuelto locos? No, la verdad es que no, y la realidad es que los dos mundos tienen mucho que decir el uno del otro, aunque en la teoría parezcan las antípodas.

Los purés de verduras, sean de lo que sean, son una de las formas más sencillas, baratas y asumibles de resolver un primer plato. Calentitos y reconfortantes, en otoño e invierno raro es el día que no empiece el menú con ellos.

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Pero tienen un problema: pueden ser sosos. O, si no sosos, más aburridos que consumir hortalizas en otros formatos como salteadas, a la plancha o asadas. Ahí, justo, es donde entra el quid de la cuestión.

Lo más habitual cuando hacemos un puré de verduras, aunque es extrapolable a las cremas de verduras, es que cozamos los elementos en cuestión desde crudo: es decir, sin ningún toque extra.

Sí, a veces salteamos o pochamos ligeramente los ingredientes, sobre todo con hortalizas dulzonas como la calabaza, la zanahoria o la cebolla, pero la realidad es que puedes conseguir purés de verduras más interesantes simplemente con la ayuda del horno. O de la freidora de aire que, para el caso, es prácticamente lo mismo.

Es cierto que requiere un poco más de tiempo, pero no mucho más, porque él se va a encargar de la gestión. Lo único que hay que hacer es precalentarlo a 180 ºC, lo suficiente para que vayas troceando las hortalizas que pretendes meter en el puré.

Vale con prácticamente todo: calabaza, zanahoria, calabacín, cebolla, brócoli, apio, hinojo, chirivía, puerros, remolacha, patata… Cortado en trozos más o menos uniforme, ligeramente salpimentado –no mucho– y con un chorro de aceite de oliva, que impregne todo, pero sin pasarte de frenada, en una bandeja de horno. También, si quieres, puedes añadir alguna especia o mezcla de especias que le vaya bien a los ingredientes elegidos. 

Ásalo media hora, lo justo para que empieces a ver cómo algunas hortalizas empiezan a caramelizarse y cambiar de tono –y, por tanto, de sabor–, y remueve la bandeja si ves que algún ingrediente se pasa de tostado.

Luego, con integrar esos productos en la olla, cubrir de agua y cocer, tendrás la mejor manera de ganar sabor y gracia a un puré de verduras sin complicarte la vida. 

Imágenes | user14908974 en Freepik

En DAP | Crema de calabaza

En DAP | Crema de puerros

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