Inés Vazquez Noya
EditorEste revuelto de espinacas se puede servir a cualquier hora, tanto como plato principal ligero como una guarnición nutritiva. Servido sobre una tostada, se convierte en un desayuno, una merienda e incluso una alternativa saciante para una mesa de brunch.
Aunque la base es la espinaca y el huevo, se puede personalizar añadiendo más ingredientes. Por ejemplo, un poco de queso feta o parmesano rallado justo antes de servir le dará un toque salado y un extra de cremosidad. O bien, se pueden añadir unos champiñones laminados y unas hojuelas de chile antes de servir para un acabado picante. Es un plato ideal para adaptar completamente a tu gusto.
Lavar y escurrir las espinacas frescas. Pelar y cortar el diente de ajo y la cebolla en cubos pequeños. En una sartén a fuego medio, calentar el aceite de oliva y añadir las últimas dos verduras. Cocinar suavemente hasta que empiece a desprender su aroma, con cuidado de que no se queme. Agregar las espinacas a la sartén y saltear hasta que reduzcan su volumen, tardará uno 2 minutos.
En un cuenco, batir los huevos y saonzar con la sal, pimienta y nuez moscada. Verter la mezcla de sobre las espinacas en la sartén. No remover inmediatamente, dejar que el huevo cuaje ligeramente por los bordes. Con una espátula de silicon o de madera, remover suavemente de afuera hacia adentro. Retirar la sartén del fuego cuando el huevo aún esté ligeramente húmedo y cremoso, esto evitará que quede seco. El calor residual terminará de cocinarlo.
Con qué acompañar el revuelto de espinaca
Para presentarlo como un plato completo, se puede acompañar con una tostada de pan integral o de masa madre. O bien, como una opción de guarnición más elegante, marida con un salteado de setas o unos espárragos verdes a la plancha.
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