La ciencia es clara: eliminar este alimento podría reducir drásticamente el riesgo de cáncer, principalmente en el colon

Su consumo también pueden perjudicar la salud cardiovascular y metabólica

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Gabriela Gottau

Editor

Cada vez son más las personas jóvenes (incluso adolescentes) con diagnóstico de cáncer colorrectal, una enfermedad que antes se consideraba que afectaba principalmente a personas mayores de 60 años. Pero hoy en día crece la incidencia en poblaciones de menor edad, lo que se traduce en directrices que recomiendan que las pruebas de diagnóstico comiencen a los 45 años en lugar de a los 50. En este sentido, la ciencia es clara: eliminar un alimento concreto podría reducir drásticamente el riesgo de padecer la enfermedad. 

Si bien el cáncer puede ser originado por múltiples factores ambientales, y por la predisposición genética también, debemos saber que la tendencia en aumento de un mayor consumo de carnes procesadas parece ser un factor cada vez más importante en su desarrollo. 

Esto no significa que el desarrollo de cáncer colorrectal sólo se puede atribuir al consumo de carnes procesadas, sino que la ciencia sugiere que es un factor contribuyente más importante de lo que se creía anteriormente, especialmente cuando se combina con otros factores de riesgo. 

Carnes cada vez más procesadas 

Cuando hablamos de carnes procesadas hablamos de carnes que son sometidas a un proceso de curado, ahumado o salazón, o bien a las cuales se ha adicionado conservantes y sustancias químicas que mejoran su sabor y sus características organolépticas.

Es decir, no hablamos sólo de tocino y de salchichas sino también de otro tipo de embutidos y fiambres, e incluso podemos ubicar en este grupo a determinadas hamburguesas, nuggets de pollo u otros platos procesados a base de carnes, que pueden incluir aditivos diversos y sustancias potencialmente dañinas para el organismo. 

El curado, que antes era el principal método de conservación de la carne, hoy en día se sigue utilizando pero la industria introduce otras sustancias químicas adicionales, como el nitrito de sodio o el nitrato de sodio que actúan como conservantes y colorantes, y que en nuestro cuerpo pueden dar origen a compuestos cancerígenos específicos. 

Bernd Dittrich Vdjxa7vgfxc Unsplash 1

El ahumado también produce hidrocarburos aromáticos policíclicos cuando la grasa gotea y se quema o dora, siendo también compuestos dañinos para nuestro organismo. Lo mismo ocurre con los nitritos y nitratos que dan color rosado característico a determinadas carnes procesadas y que durante la digestión en nuestro estómago, forman compuestos como las nitrosaminas o las nitrosamidas que se consideran cancerígenos para el ser humano por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). 

El exceso de sal de las carnes procesadas también influye, al dañar la mucosa del tracto gastrointestinal y aumentar la renovación celular, lo que facilita la formación de tumores propios causados por los carcinógenos ya presentes en estos alimentos.

Por qué las carnes procesadas son peligrosas 

En 2015, tras analizar más de 800 estudios, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud clasificó la carne procesada como carcinógeno del grupo 1, ubicándolas en la misma categoría que el tabaco y el amianto, mientras que la carne roja se ubica en el grupo 2, lo que significa que es un "probable" carcinógeno. 

Esto es así porque según información publicada por la OMS, 50 gramos de carne procesada al día pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%, esto es el equivalente al consumo de una salchicha, dos lonchas de jamón o de cualquier otro fiambre, dependiendo de la marca y el grosor. 

Si bien la evidencia es especialmente sólida para el cáncer colorrectal, también se sabe que las carnes procesadas pueden favorecer el desarrollo de otro tipo de tumores y cánceres, incrementando el riesgo de cáncer de estómago, esófago páncreas y mamas

Pero no solo eso, sino que el consumo de carne procesadas también se ha vinculado con una peor salud cardiovascular, diabetes tipo 2, enfermedad renal crónica, gota e hiperuricemia.

Asimismo, hay estudios que asocian su consumo cotidiano y elevado con mayor deterioro cognitivo y demencia

En definitiva, el consumo de carnes procesadas sin duda puede afectar negativamente la salud, especialmente si hablamos de un consumo diario y elevado, que puede producir efectos acumulativos en nuestro organismo.

Qué hacer para cuidar la salud 

Aunque la ciencia es clara al respecto del consumo de carnes procesadas, debemos saber que una ingesta ocasional de estos alimentos probablemente produce un riesgo mínimo para la salud, especialmente en personas sin otros factores de riesgo o sin predisposición genética. 

Es decir que consumir un perrito caliente o una hamburguesa con tocino una vez por semana, probablemente no resulte preocupante para la salud; sobre todo si contamos con otros hábitos de vida saludables y no se tiene otros factores de riesgo, como por ejemplo, el tabaquismo.

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Sin embargo, limitar el consumo de carnes procesadas es siempre una sugerencia si buscamos proteger al organismo y alejarlo de diferentes enfermedades. Para ello, es aconsejable priorizar el consumo de opciones más seguras como las lonchas de pechuga de pavo o pollo o bien, emplear legumbres enlatadas en reemplazo de otras carnes procesadas o curadas. 

También por supuesto, podemos acudir a frutos secos, semillas o bien a carnes frescas cocidas en casa y sin aditivos diversos, que pueden ser los principales compuestos carcinógenos en nuestro organismo. 

Una cocción adecuada de las carnes procesadas tampoco limita el riesgo, como así tampoco se recomienda acudir a carnes procesadas de origen natural o sin nitratos y nitritos añadidos, pues es probable que estas sustancias no sean las únicas con efecto carcinógeno en nuestro cuerpo.

Por lo tanto, limitar todas las opciones de carnes procesadas a un consumo ocasional y reducido es siempre lo más aconsejable, priorizando las carnes blancas y frescas siempre que sea posible o bien, acudir a alimentos fuentes de proteínas vegetales en su reemplazo. 

Referencias

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Imagen | Foto de portada: ShotPot, foto 1: Bernd Dittrich y foto 2: Ricky LK

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