Las temperaturas se encuentran en ascenso, sudamos más para mantener una temperatura corporal estable y por ello, necesitamos más que nunca cuidar que no falten líquidos en la dieta. Entonces, hoy te mostramos cómo lograr una buena hidratación.
Hidratación deficiente, organismo en riesgo
En esta época del año más que nunca debemos cuidar nuestra ingesta de líquidos, pues una hidratación deficiente implica un organismo en riesgo, que no puede funcionar adecuadamente y que incluso, puede estar sufriendo molestias a causa de la falta de agua.
Una incorrecta hidratación puede llevarnos no sólo a tener una sed extrema signo de deshidratación, sino también a reducir nuestra capacidad de atención y concentración así como nuestro rendimiento físico e intelectual.
Como si fuera poco, la falta de líquidos en nuestra dieta conlleva mayor riesgo de estreñimiento e incrementa el esfuerzo del sistema cardiovascular para funcionar correctamente.
Asimismo, la deshidratación puede afectar nuestra estética produciendo sequedad bucal y de la piel, ojos hundidos y opacos así como un aspecto de fatiga y cansancio que se debe justamente a la incorrecta ingesta de líquidos.
También la hidratación deficiente puede producir dolor de cabeza, mareos y una mala regulación de la temperatura corporal, por ello, cuando faltan líquidos en nuestra dieta tenemos más riesgo de sufrir un golpe de calor o de no soportar correctamente las temperaturas elevadas que caracterizan al verano.
Entonces, tenemos múltiples razones para cuidar que no falten líquidos en nuestra dieta de manera de alcanzar una hidratación adecuada en ésta y todas las épocas del año.
Cómo lograr que no falten líquidos en nuestra dieta
Para alcanzar un buen nivel de hidratación las bebidas deben protagonizar la ingesta de líquidos, pero también debemos tener en cuenta que el 20 a 30% del agua de nuestra dieta deriva de alimentos sólidos, por ello, como ya hemos hablado, podemos incrementar el agua que comemos.
También es importante considerar que no todas las bebidas se aprovechan al máximo ni tampoco, son 100% agua, sino que las bebidas poseen diferentes porcentajes de agua, siendo por ejemplo el agua propiamente dicha, las infusiones como té o café así como las sopas a base de agua como el gazpacho, las que poseen entre un 95 y 100% de agua.
Mientras que la leche desnatada, las sopas a base de leche, los zumos de frutas o zumos de verduras contienen entre un 90 y 94% de agua, siendo los caldos comerciales, los néctares, los batidos y cremas las bebidas que menor porcentaje de agua tienen, así como las bebidas destiladas que concentran menos de un 70% de agua.
Por otro lado, es importante considerar que hay algunos factores que favorecen una mejor hidratación y que permiten lograr una ingesta de líquidos apropiada, por ejemplo aconsejamos:
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Consumir bebidas con sabor que ayudan a incrementar en un 30% la ingesta de líquidos. Así, podemos elaborar aguas frutales, limonada o simplemente adicionar unas gotas de zumo de fruta y endulzante al agua.
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Variar las bebidas pues de esta forma tendremos estímulo extra para beber y se facilitará la tarea de beber entre 8 y 12 vasos de líquido al día.
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Escoger bebidas frescas de una temperatura de entre 8 y 15ºC, ni muy frías ni muy calientes, pues contribuyen a una mayor ingesta.
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Adicionar un poco de azúcar y sodio al agua o escoger bebidas que contengan estos nutrientes que favorecen la retención de líquidos en nuestro cuerpo, permitiendo un mejor nivel de hidratación.
Estos requisitos en nuestra bebida pueden contribuir a que no falten líquidos en nuestra dieta.
Por supuesto, en ésta época del año también puede ayudar la ingesta de preparaciones a base de agua, tal como un granizado de limón, o una sopa fría de manzana y puerro.
Como podemos ver, no es tan difícil que no falten líquidos en la dieta, sólo debemos prestar atención, controlar la cantidad de líquidos ingeridos e intentar que nuestros platos tengan más agua que nunca en su composición.
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