Galicia es la comunidad autónoma española con más banderas azules, reconocida por su compromiso con la excelencia medioambiental y la calidad turística. Las banderas azules son un distintivo internacional que se otorga a las playas y puertos que cumplen con los estándares más altos en calidad del agua, seguridad, provisión de servicios y gestión ambiental.
Este galardón simboliza el esfuerzo continuo de Galicia por mantener sus costas y ríos impecables, haciendo de esta región un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura. Lo curioso, como veremos a continuación, es que no todas sus playas están a pie de mar.
Una de las joyas menos conocidas de esta región son las playas fluviales, que ofrecen una alternativa encantadora a las tradicionales playas marítimas. Estas áreas recreativas están situadas a lo largo de los ríos y son especialmente populares durante el verano, donde los visitantes pueden disfrutar de un entorno natural refrescante y alejado del bullicio de las costas más frecuentadas.
Estas playas combinan el encanto rústico del interior con las comodidades típicas de las zonas costeras, incluyendo áreas para picnics, senderos para caminatas y, por supuesto, excelente calidad de agua.
Entre las playas fluviales gallegas destaca la playa fluvial de A Calzada, situada en Pontevedra, que emerge como un verdadero paraíso para quienes buscan un retiro en la naturaleza sin alejarse demasiado de las comodidades urbanas. Esta playa se encuentra en el municipio de Ponte Caldelas, un lugar donde el río Verdugo se abre paso entre un paisaje dibujado por densos bosques de ribera y rocas graníticas. Lo que hace única a la Playa Fluvial de A Calzada no es solo su agua fresca y cristalina, ideal para el baño en los calurosos días de verano, sino también su impresionante entorno natural.
La playa está perfectamente equipada para garantizar una visita cómoda y placentera. Cuenta con amplios espacios para tomar el sol, zonas de juego para niños y áreas de barbacoa, lo que la convierte en el destino perfecto para un día de campo en familia. Además, la playa dispone de varios senderos que invitan a los visitantes a explorar los encantadores alrededores. Uno de los grandes atractivos de la zona es una cascada cercana, accesible mediante una ruta de senderismo que ofrece vistas espectaculares del bosque y el río.
Playa fluvial de A Calzada. ©Concello de Ponte Caldelas.
Para los entusiastas del aire libre, la playa fluvial de A Calzada ofrece numerosas actividades como kayak, pesca y senderismo. Estas actividades se complementan con la serenidad del lugar, donde el único sonido predominante es el murmullo del agua y el canto de los pájaros. Durante el verano, la playa se convierte en un punto de encuentro para eventos culturales y festivales locales, que añaden un toque de autenticidad gallega a la experiencia.
Acceder a la playa fluvial de A Calzada es sencillo, con rutas bien señalizadas desde Pontevedra y aparcamiento disponible cerca del área recreativa. Esta cercanía a la ciudad hace que sea una opción muy atractiva para aquellos que desean escapar de la rutina sin necesidad de planificar un viaje extenso.
Aquí, el visitante puede sumergirse literal y figuradamente en un entorno de pura tranquilidad y belleza inalterada, haciendo de esta playa fluvial el destino perfecto para una escapada veraniega. Como es evidente, A Calzada no es la única que merece la pena. Dentro de Galicia también destacamos otras playas fluviales como la playa fluvial de A Cova en Saviñao, Lugo, esta playa es conocida por su espectacular entorno. Rodeada de exuberante vegetación y acantilados o la también lucense.
También destacan la playa fluvial de Vilarello, siendo famosa por sus aguas termales, y la playa fluvial del río Miño en Arbo, en el interior de Pontevedra, que también es un destino muy afamado para los pescadores.
Imágenes | Concello de Ponte Caldelas
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