Tenía muchas ganas de dar una vuelta por La Latina, un barrio de Madrid del que todo el mundo habla y al que hacía demasiado tiempo no le dedicaba una visita. Así que cuando me propusieron comer en Juanalaloca un mediodía entre semana no lo dudé un momento: buena compañía, sol, y tapas en La Latina, imposible resistirse.
De Juanalaloca es muy conocida su tortilla de patata, que quienes la han probado la señalan como bocado imprescindible. Con estas credenciales, fue lo primero que pedimos mientras revisábamos la carta, bastante extensa y quizá un poco confusa, pues nos costó un poco centrarnos en ella. Además de las tapas se ofrece un menú del día, pero íbamos con ganas de probar sus tapas, y escogimos seis para compartir entre tres.
La tortilla de patata merece la fama que le precede, de un color oscuro cuyo origen es la cebolla caramelizada que baña huevo y patata, el sabor es profundo y la textura melosa, la patata perfecta en cocción y el huevo con un punto de cuajado poco intenso que la hace melosa en la boca. Cada uno nos pedimos una tapa de tortilla, y poco hablamos mientras nos la comimos, si acaso algún sonido gutural exclamativo, y alguna palabra al aire para ratificar que la estábamos gozando.
Después vino una tapa de alcachofas laminadas a la plancha, virutas de parmesano y ajo confitado. Muy buena, con una combinación de sabores muy adecuada sobre una rebanada de pan de barra tostado. Las virutas son más bien láminas, con un tamaño que cubre gran parte de la tapa que se agradece tanto estéticamente como a la hora de comer.
La tosta de secreto ibérico, sobrasada y cebolleta confitada se presentó sobre un pan oscuro y crujiente, aunque la carne no resultó todo lo tierna que el género merece, y la sobrasada no dejaba sentir su sabor como se esperaba. Quizá es la tapa que menos me satisfizo.
El crepe de espinaca con gulas al ajillo y espárragos trigueros es una tapa fresca y rica; las gulas, con un profundo aroma a ajo, se envuelven de una hoja de espinaca y se coronan con unas huevas rojas.
Las tapas tiene un buen tamaño y resultan aptas para compartir entre dos personas, quizá para tres ya es demasiado ajustado, pero fuimos buenos chicos y excelente cirujanos, y así pudimos probarlo todo por igual. Otra cosa es el precio, en mi opinión demasiado caro para unas tapas. Por poner un ejemplo, la de secreto ibérico cuesta 10.20 euros, un precio excesivo para aun bocado así. La cuenta final, seis tapas, seis cañas, y tres cafés arrojó un saldo de 51 euros, que traducido en unidades nos da el resultado de dos tapas, dos cervezas y un café por barba por 17 euros.
Juanalaloca
Pintxos-Bar
Plaza de Puerta de Moros nº 4
28005 Madrid
91 364 05 25
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