A veces resulta inexplicable comprobar como miles de españoles deciden pasar sus vacaciones, ya sea en Navidad o en verano fuera de España. No es tirar de patriotismo, barato, sino de ser conscientes de que nuestro país, a pesar de su tamaño, hay planes para todos los públicos y gustos en cualquier momento del año.
Precisamente lo que sucede en otoño e invierno, cuando descubrimos que nuestro país puede ser un reclamo perfecto para el turismo más natural y activo: el senderismo. Más aún si lo mezclamos con algunos de los bosques más espectaculares de España y comprobamos como de diverso es este territorio en el cual podemos cambiar paisajes volcánicos por espectaculares selvas, tanto de coníferas como de árboles caducifolios.
Quizás convertido el otoño (así como el invierno) en la estación predilecta para recuperar ese toque natural y ponernos en marcha, las rutas senderistas que hoy os proponemos. Son perfectas para esta época del año. Eso no quiere decir que no se puedan hacer en verano o en primavera, pero somos conscientes de que en los meses de junio, julio o agosto tenemos un poco más de querencia por abrazar destinos de playa.
Desde Madrid hasta Tenerife, nuestras tres sugerencias para ponernos en marcha en este otoño a través de un senderismo fácil, seguro y muy familiar nos permiten no necesitar demasiado tiempo para disfrutar de un plan muy tranquilo con árboles milenarios como protagonistas.
El Patriarca (Tenerife)
Este recorrido que nos acerca dentro del Parque Nacional del Teide, considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco, nos aproxima a un árbol milenario que se ha convertido en todo un icono de la resistencia contra el cambio climático y también contra los incendios forestales.
Su nombre es El Patriarca y se trata de un cedro canario, al que se accede a través de un camino corto y sencillo que apenas dura una hora. En él, además, atravesaremos un paisaje volcánico sorprendente con el pico Teide, como telón de fondo y con el clásico mar de nubes tinerfeño como panorámica.
Carrasca de Lecina (Huesca)
Ponemos rumbo al Alto Aragón, en la provincia de Huesca, donde encontramos la mítica carrasca de Lecina. Este árbol milenario, de robustísimo tronco y amplia copa, se encuentra en el municipio de Bárcabo y para llegar a él no tenemos más que seguir una ruta bastante corta y accesible que se puede realizar sin preparación física. Además, en el otoño encontraremos que el paisaje empieza a cubrirse de tonos ocres y dorados, lo que hace más espectacular todavía la travesía.
Cerca de la carrasca, encontraremos otros encantos arqueológicos como las cuevas prehistóricas de Barfaluy, en las que figuran pinturas rupestres que también tienen el sello patrimonio de la humanidad de la Unesco.
El Tejo de Barondillo (Comunidad de Madrid)
Si eres de los que cree que en Madrid solo hay coches y asfalto no tienes más que dar una vuelta y salir de la capital y los municipios que la rodean para comprobar que la Comunidad de Madrid también puede ser un destino natural de primer orden. De hecho, compartida con la comunidad autónoma de Castilla y León, la Comunidad de Madrid tiene el privilegio de lucir es segundo parque nacional con más afluencia de visitantes de toda España.
Hablamos de la Sierra de Guadarrama, que es donde nos dirigimos para descubrir al Tejo de Barondillo, un árbol que ronda los 2000 años de vida y que se encuentra en los alrededores del Valle del Lozoya, en un entorno protegido, rodeado de pinares, fresnos y ríos de alta montaña.
En este caso, si hablamos de una ruta un poquito más exigente, a pesar de ser sencilla, ya que supone unos siete kilómetros siguiendo el curso de Río Lozoya. Por fortuna, el camino está muy bien definido y nos lleva sin complicaciones hasta la presa del Pradillo, donde encontraremos una cascada con unas vistas espectaculares.
Imágenes | Turismo de Aragón / Facebook Visit Tenerife / Álvaro Pérez Salinero / Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.