Tomarse un café e ir directo al baño no es nada raro. Este enfermero explica el porqué del 'muñeco de barro'

El enfermero Jorge Ángel explica en TikTok por qué tomar café activa los movimientos intestinales y cuándo conviene preocuparse si el efecto viene acompañado de diarrea persistente

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Joana Costa

Editor

Tomar el primer café del día es casi un ritual. Lo que pocos dicen en voz alta es que, en muchos casos, el segundo paso de ese ritual implica una visita inmediata al baño, sólida o líquida. Aunque parezca una coincidencia, no lo es: hay una explicación científica detrás de este efecto tan común.

El enfermero Jorge Ángel, conocido en redes por su labor divulgativa, lo explica con claridad: algunos componentes del café estimulan el peristaltismo, es decir, los movimientos naturales del intestino que facilitan la digestión y la evacuación. Es un proceso normal, pero en algunos casos se traduce en una urgencia inmediata. El famoso café y baño tiene, por tanto, base fisiológica.

El fenómeno suele ser más evidente con la primera taza de la mañana. El cuerpo ha pasado varias horas en reposo durante la noche y los intestinos están relativamente inactivos. Esa primera dosis de cafeína y otros compuestos actúa como despertador intestinal, provocando un movimiento más intenso de lo habitual. Un auténtico empujón digestivo.

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Café y peristaltismo

El café no solo debe su efecto a la cafeína. Contiene otros elementos bioactivos, como ácidos y compuestos fenólicos, que aumentan la actividad intestinal. No es extraño que incluso personas poco sensibles a la cafeína experimenten este efecto tras beber café, incluso con cafés descafeinados. Se trata de una combinación que activa reflejos y estimula la liberación de hormonas digestivas. Un cóctel de reacción intestinal.

¿Es lo mismo en todos?

No todas las personas reaccionan igual. Mientras que algunos apenas notan cambios, otros aseguran que no pueden terminar la taza sin sentir el impulso de ir al baño. La sensibilidad depende de factores individuales, desde la microbiota intestinal hasta la propia tolerancia a la cafeína. Es una experiencia común, pero no universal, y está marcada por diferencias personales.

El experto puntualiza que este efecto no debe confundirse con la diarrea persistente. Aunque el café pueda acelerar el tránsito intestinal, si las deposiciones blandas se mantienen en el tiempo, lo recomendable es acudir a un especialista. El exceso de evacuaciones puede ser signo de infecciones, intolerancias o enfermedades que van más allá del simple café.

En cualquier caso, el café que abre la jornada no solo despierta la mente, también pone en marcha al intestino. No es un misterio ni una exageración: es pura biología. Lo importante es reconocer cuándo ese efecto es normal y cuándo conviene consultar al médico.

Porque disfrutar del café debería ser un placer cotidiano, no un motivo de alarma, y saber cómo responde el cuerpo ayuda a entender mejor sus reacciones naturales.

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