En plena ola de calor, muchos recurren al ventilador como salvavidas doméstico, esperando que el aire en movimiento disipe el agobio. Sin embargo, está demostrado que el ventilador por sí solo no enfría el cuerpo en condiciones de calor extremo; de hecho, si el aire es muy caliente, puede incluso tener el efecto contrario.
La explicación es simple: el ventilador mueve el aire, pero no lo enfría. Cuando las temperaturas exteriores superan la corporal, el aire que circula es caliente y, en vez de ayudar a reducir el calor, puede impedir que la piel libere calor de forma eficiente.
Esto se traduce en una sensación térmica que no necesariamente es más fresca, de manera que el ventilador no estaría ejerciendo la función esperada. Pero según recoge The Washington Post a partir de una publicación de The Lancet, las recomendaciones del hay una forma de darle la vuelta a la situación.
Refrescar primero la piel
Basado en este estudio, este periódico recomienda: "Humedece tu piel antes. Usa un pulverizador o una esponja para aplicar agua fresca del grifo sobre el cuerpo, o empapa directamente toda tu camiseta".
La razón es que el agua en contacto con la piel, al evaporarse, extrae calor del cuerpo. El ventilador acelera esa evaporación, potenciando la sensación de frescor y reduciendo la carga térmica, incluso en temperaturas que rondan los 46 °C (116 °F), según han encontrado diversas investigaciones.
Refrigeración pasiva
En otras palabras, la combinación de ventilador y piel húmeda funciona como un sistema de refrigeración pasivo muy eficaz. Este método permite aprovechar la energía del ventilador para mover el aire y, al mismo tiempo, multiplicar el efecto refrescante del agua evaporándose.
Para aplicarlo de forma segura, conviene usar agua fresca, no helada, y renovar la humedad cada cierto tiempo. Rociar brazos, cuello y cara es una opción rápida; empapar una prenda ligera es una solución más duradera.
Este truco, barato y sencillo, puede marcar la diferencia en momentos de calor sofocante, especialmente para personas vulnerables al estrés térmico. Así que la próxima vez que enciendas el ventilador en plena ola de calor, recuerda: el secreto está en añadir agua al aire.
Fotos | Enrique Zafra y Kaboompics.com
En DAP | El ventilador perfecto existe, pero no es el más bonito