En ocasiones te preguntas cómo alguien que cocina tan mal ha llegado tan lejos, pero, pese a lo arbitraria que está siendo esta temporada de Masterchef, los malos concursantes no pueden durar siempre.
Estamos llegando al ecuador del programa y los concursantes que quedan, aunque siguen cometiendo errores, tienen ya un cierto nivel. Todos menos uno.
Hablamos, claro, de Fabio, que ha sido expulsado después de hacer unos ñoquis crudos, cortar una mayonesa o hacer platos extremadamente picantes que ni él había probado, por citar solo alguno de sus hits. Lo raro es que haya aguantado tanto.
Marta, la favorita del programa
En la primera prueba, bautizada como la batalla de la harina, los concursantes han tenido que enfrentarse en tres retos. El primero era preparar en 15 minutos una bechamel suave y sin grumos, la reina de las salsas. Los dos peores, Jon y Toni, han sido eliminados y no han podido enfrentarse al siguiente reto: elaborar cupcakes perfectos, como decía Sofía, “el postre más cursi de la historia”.
Solo los tres mejores, Marta, Sofía y Víctor, han pasado a la última batalla: cocinar un suflé de queso. El chef Carles Abellán, que está al frente de diez restaurantes en Barcelona, como La barra o Tapas 24, famosa por sus bombas o sus bikinis con trufa, ha aconsejado a los concursantes. Se trata, como ha explicado el cocinero, de una preparación que no tiene fama de ser sencilla y se debe hacer con precisión y rapidez. Era el primero que hacían todos los concursantes y Marta ha sido la que mejor ha calculado el tiempo de cocción, por lo que ha sido la que se ha llevado la ventaja en la prueba de exteriores.
Esto es la guerra
En el campo de maniobras de San Gregorio de Zaragoza, el mayor centro de ejercicios militares de España y el tercero de Europa, tanto los aspirantes como el jurado han participado en una maniobra de rescate de la Brigada ‘Aragón’, en un teatrillo donde hemos visto las pocas dotes de actor de todos los participantes en el concurso, al que han vuelto todos los expulsados, para participar en la típica prueba de repesca.
Los aspirantes han tenido que servir un menú para 200 invitados, el mayor número de comensales de la historia del programa, todos miembros de la Brigada ‘Aragón’ I, del Ejército de Tierra. Los aspirantes han trabajado como un único equipo, pero con valoración individual, elaborando un menú típico aragonés formado por cardo con almendra y jamón, pollo en pepitoria, rancho y, de postre, coc de Fraga, un dulce típico de la localidad aragonesa elaborado con membrillo.
Mientras, los exaspirantes, han tenido que cocinar 25 raciones de un tipo de cocido diferente: madrileño, gallego, montañés, maragato, extremeño, escudella catalana y cocido aragonés. Solo uno podía volver de nuevo al programa.
Marta tenía que escoger entre ganar la inmunidad o dar 20 minutos extra a todos los aspirantes, pero ha escogido la última opción.
Los platos han salido, aunque no todos estaban a la altura. Los expaspirantes han elaborado cocidos muy cortos y muchos soldados se han quedado sin probarlos. Fernando, el primer expulsado, no ha cerrado la olla a presión en 20 minutos, Loli y Marina se han dedicado a cantar y no han sabido calcular las cantidades, Eva ha sacado un cocido con patatas y alubias crudas, y Jorge solo ha sacado 16 de 25 cocidos. Ramón y Dani son los que mejor han trabajado y los cocidos estaban buenos, pero Ramón se ha pasado con el arroz, así que ha sido Dani el seleccionado para volver a MasterChef.
Marta ha sido, de nuevo, la mejor de la prueba y, junto a Sofía y Ketty, se han salvado de la prueba de la eliminación. El resto, han recibido el delantal negro.
Un menú saludable
En la prueba de eliminación, los aspirantes han tenido que cocinar en 75 minutos dos platos saludables diferentes, uno para el mediodía y otro para la noche. El plato era libre, pero como requisito debían contar bien las calorías de los alimentos a la hora de hacer la compra, ya que tenían un máximo de 600 y un mínimo de 500. Si se pasaban o se quedaban cortos recibían una penalización de 15 minutos.
Hay que apuntar que las calorías en crudo no son las mismas que las calorías cocinadas, teniendo en cuenta además que el aceite no contaba, algo que nadie ha dicho en el programa. Aun así nadie ha acertado al seleccionar estas en crudo, lo que muestra lo difícil que es contarlas. Todos han tenido que realizar los platos en solo una hora.
El chef Ramón Freixa (dos estrellas Michelin) ha sido el invitado de la noche, ha mostrado alguno de sus platos y se ha quedado a evaluar a los concursantes.
Oxana ha presentado un guiso de garbanzos con crujiente de espinacas y un tartar de merluza que han sido todo un éxito. Por su parte, Víctor ha servido una merluza confitada con crema de zanahoria y un postre de fresas, que le ha dedicado a Sofía para seguir con su supuesto romance y provocar vergüenza ajena. También ha recibido los parabienes del jurado.
Pero entonces ha llegado el desastre, como no en manos de Fabio. Ha presentado un mero con verduras crudas y un cuscús, que en realidad era quinoa, también duro y sin sabor. Freixa no ha dudado en calificar el conjunto como “triste” y es que, desde luego, la pinta no era nada apetecible. Y eso que no ha llegado a meter el pescado en el Roner sin cerrar la bolsa al vacío, como era su intención antes de que le viera Víctor y le advirtiera de lo que iba a hacer.
Tampoco Jon y Tony se han cubierto de gloria. El primero ha presentado un puré de coliflor con merluza a baja temperatura, “un festival de ajo”, y un solomillo a la plancha con puré de calabacín y champiñón y un granizado de naranja, que el jurado ha calificado como una locura pura, sin ninguna lógica. El segundo, ha presentado un carpaccio de gambas rojas con verduritas al vapor y un solomillo de ternera marinado, también con verduras. El jurado ha criticado duramente que no haya aprovechado todas las gambas.
Los jueces han preguntado a los tres aspirantes si alguno creía haber presentado el mejor plato y Tony ha dado un paso al frente. Típico desafío supuestamente moral que, obviamente, no servía para nada, porque Fabio ha sido el eliminado. Bastante ha durado.
Imágenes | RTVE
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