Pocos lo hacen, pero es la manera más limpia, fácil y jugosa de cocinar gambas y langostinos y que nunca se te pasen

Con este método, el sabor natural del marisco no se diluye ni se convierte en otro tipo de gusto

Gambas Vapor
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Jaime de las Heras

Editor Senior
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Jaime de las Heras

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Gambas y langostinos son, con permiso de sus hermanos mayores en el mundo de los crustáceos, los reyes del baile más populares de la Navidad. Formas de prepararlas hay tantas como casas y cocinillas, pero a menudo pasamos por alto una forma que no es solo sencilla, sino también rápida, ligera y limpia.

Es habitual que, si pensamos en cocinar gambas y langostinos, apostemos por la vía fácil de prepararlos cocidos, un clásico que no suele tener fallo, pero que nos arriesga a un problema recurrente: la sobrecocción. Especialmente si no enfríamos automáticamente después el marisco tras sacarlo de la cazuela.

Aún así, si lo sacamos a un bol con agua fría, solemos repetir un error: refrescarlos en agua dulce, con lo que nos cargaremos buena parte del sabor de la gamba o del langostino.

Por eso, tampoco me extraña que haya otro par de maneras muy recurrentes de preparar gambas y langostinos en casa: a la plancha. Reconozco que es una de las maneras más sabrosas de comer marisco, pero también es una de las que más ensucian, de las que más olor dejan y, sobre todo, de las más invasivas con el propio marisco.

Cocinar una buena gamba a la plancha nos arriesga a que, si nos pasamos de punto, la dejemos muy seca y, además, pierda la mayor parte de su sabor original. Por este motivo, cocinar gambas al horno suele ser una buena forma de mantener sabor, no llenar la cocina de olores y, al mismo tiempo, de mantener la textura.

Pero tiene un pequeño problema: el espacio que demanda y el gasto energético. Razón por la que mi forma favorita de comer gambas y langostinos frescos es hacerlos al vapor. Parece un sacrilegio, especialmente en España, pero las cocciones al vapor son los métodos menos invasivos con el producto que elijamos y, al mismo tiempo, son lo suficientemente rápidos como para que resolvamos un poco de marisco en unos minutos sin esforzarnos de más.

Evidentemente, cocinar gambas y langostinos al vapor para un regimiento es poco funcional (aunque se puede hacer), pero si sois pocos en casa, la clásica vaporera de bambú os puede hacer más de un apaño para cocinar gambas al vapor en casa.

Dependerá del tamaño y del punto que quieras darles, pero con unos seis minutos tendrás, por regla general, las gambas de un tamaño medio ya cocinadas, algo que recomiendo especialmente si te has dejado una cifra interesante en comprar marisco fresco y quieres aprovecharlo al máximo. 

Imágenes | Photo by Victoria Bowers

En DAP | Gambas al ajillo

En DAP | Gambas a la plancha 


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