Vibrantes, frescos y picantes, no hay nada como los cítricos. Son un elemento básico en prácticamente todas las cocinas, neveras y despensas. Los cítricos como limones, naranjas, mandarinas, pomelos y otros proporcionan un toque dulce y picante a las ensaladas, postres o simplemente para comer por sí solos.
Estamos de acuerdo que ver una naranja marchitarse en la mesada o descubrir un limón arrugado en el fondo de la nevera, es desolador. La buena noticia es que con unos pequeños trucos prácticos, podemos asegurarnos tener cítricos frescos y perfectamente jugosos a mano.
Comprar en temporada
El camino comienza al momento de la compra. Y aunque cada vez se pueden conseguir más frutas durante todo el año, la calidad y el sabor no serán los mismos, sí están en temporada. Por ello, es importante tener en cuenta el calendario para saber el mejor momento de cada variedad; las naranjas maduras serán las que tengan el color más vibrante y la piel lisa, desde octubre o noviembre hasta finales de junio.
Consumir los alimentos en su mejor momento, además de sabrosas y nutritivas, son económicas y en consecuencia, más ecológicas y respetuosas con el medio ambiente.
Guardar en la nevera
El frío para los cítricos es lo mejor, por esto una buena refrigeración es esencial. Y a diferencia de otras frutas como el plátano, los cítricos dejan de madurar y comienzan a descomponerse tan pronto se recogen. Lo bueno es que pueden durar varias semanas si se colocan sueltos o en una bolsa de malla, en el cajón inferior de las frutas y verduras, en la zona menos fría. Para luego girarlos de vez en cuando para permitir que el aire circule. Se desaconseja guardar en bolsas de plástico o recipientes cerrados, ya que tiene el efecto contrario: ablanda las porciones y permite el surgimiento de moho.
Consumir a los cuatros días a temperatura ambiente
Los tazones de frutas hacen una exhibición atractiva en la mesada y a la cocina. Por fortuna, las naranjas, mandarinas y limas, resisten unos pocos días a temperatura ambiente. En comparación a unas cuatro semanas en la nevera. Para esto, lo mejor es utilizar el frutero para mostrar los cítricos que vas a comer en los próximos días, pero cualquier cosa más allá, conservar en la nevera. Eso sí, asegurarse la circulación de aire. Y si el espacio es caliente o húmedo, renunciar por completo, el cítrico prefiere un ambiente fresco y de poca luz.
Mantener seco
Donde se quiera almacenar los cítricos, es importante que la unidad esté seca y el ambiente mantenga las mismas condiciones. La humedad es una receta para el desastre.
Están quiénes, optan por la refrigeraración, pero esta puede ser una estrategia arriesgada. Desafortunadamente, los cítricos no siempre reaccionan bien al extremo frío. La fruta es delicada, y puede perder su estructura y volverse acuosa. Aún así, para un mejor resultado, optar por cortar en rodajas y/o gajos la porción, luego quitar cualquier semilla o membrana blanca y acomodar en una placa o bandeja. Y una vez, que esté la porción individual completamente cristalizada, mantener en un recipiente o bolsa de frío para conservar durante aún más tiempo.
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Ahora que ya sabes cómo mantener tus cítricos por más tiempo, una forma fácil de introducirlos es en ensalada, o en forma de zumo y ralladura, en una tarta fría. Ambos exquisitos y opciones bien frescas para los días de verano. Otra posibilidad, es en un bizcocho o un budín con miel y lavanda, para una merienda saludable y rica en vitamina C. Junto a una de las tantas variedades de limonadas que brillan por su presencia cítrica.
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