Jaime de las Heras
Editor SeniorEspaña es un país enamorado de las recetas de arroz, independientemente del tipo que sea. Arroces secos o arroces caldosos suelen ser uno de los platos fetiches de la cocina española, especialmente cuando se trata de festejar y celebrar.
Por eso, no está de más tampoco dar un poco más de dignidad a un ingrediente clave de nuestro recetario que ha hecho de la humildad su grandeza. Lo curioso, al contrario de lo que mucha gente piensa, es que solo el arroz seco, estilo paella valenciana, sufre con las cocciones prolongadas.
Nada más lejos de la realidad, como ha recordado Karlos Arguiñano, el más popular y televisivo de los cocineros españoles, en uno de los trucos que dejó plasmado en su último recetario: Cocina para todos: Las 560 recetas que nunca fallan, editado por Planeta Cocina.
Normalmente, creemos que los arroces caldosos o los arroces melosos permiten más margen de maniobra, lo cual no deja de ser cierto en según qué manera. Algo que no permiten tanto los arroces secos, que deben comerse casi inmediatamente después de hechos, más allá de darles un mínimo reposo.
De hecho, en Valencia es habitual recurrir a la frase "a la paella y al rey no se les hace esperar", pero tampoco deberíamos hacer esperar al arroz caldoso ni al arroz meloso.
Cocina para todos: Las 560 recetas que nunca fallan (Planeta Cocina)
Algo en lo que insistía Karlos Arguiñano dentro de los trucos que dejaba en la elaboración de un arroz caldoso de pollo en el recetario que antes citábamos, explicando que "para que el arroz no siga absorbiendo caldo, es importante que lo sirvas nada más cocinarlo".
Parece un consejo menor, pero es muy relevante si queremos respetar el punto del grano del arroz y no echarle luego la culpa de que la receta se ha quedado con forma de plasta.
Imágenes | Atresmedia y DAP
En DAP | Arroz caldoso con bogavante
En DAP | Arroz con gambas
