Qué pasa en nuestro cuerpo si nos tragamos los huesos o pepitas de las frutas

No te preocupes, no vas a sufrir apendicitis por ingerir las semillas de una sandía

Sandia
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Ronda todavía por ahí el mito de que puedes sufrir apendicitis si se tragas las semillas, pepitas o huesos de algunas frutas, como la sandía o la cereza. También hay quien simplemente tiene dudas sobre si son comestibles o no, pues aunque no sean muy agradables, como ocurre con las semillas de manzana, puedes ingerirlas por error.

La teoría que supuestamente defiende el mito de la inflamación del apéndice se basa en que, como son sustancias sólidas que el estómago no digiere y pasan tal cual por todo el sistema digestivo -especialmente si no se mastican, como ocurre con los huesos duros de cereza-, pueden taponar y bloquear el apéndice en su camino hacia la salida. Pero es poco probable que esto ocurra, y no hay bases científicas para creerlo.

Lo aclara Miguel Ángel Lurueña, en su último libro 'Del ultramarinos al supermercado' (Destino, 2023), quien explica antes brevemente por qué se llega a inflamar el apéndice en primer lugar, algo que no está del todo claro.

Primero hay que tener claro qué es y dónde está: el apéndice se encuentra en el colon, en la zona inferior derecha del abdomen. Tiene forma de saquito alargado, y cuando se tapona se desarrollan bacterias que pueden causar una infección, obligando a su extirpación mediante operación de cirugía.

Hay varias causas naturales del organismo que podrían provocar ese taponamiento, como una acumulación de materia fecal y restos de células. En un estudio que analizó el apéndice de unas 2.000 personas operadas de apendicitis solo se encontraron alimentos sin digerir en el 0,05% de los casos: un único paciente. Y además eran restos de diferentes vegetales, como higo, avena, cebada, comino o nueces. Nada de semillas de frutas enteras.

Fruta

El único riesgo que tiene tragarse huesos de fruta por error podría estar en un cierto atragantamiento si son piezas muy grandes y van acompañadas de más alimento sin masticar bien, o en el caso de niños muy pequeños.

Además, algunas semillas como las de la manzana o pera tienen una pequeña cantidad de cianuro -si se mastican son muy amargas-, pero para que fueran un riesgo para la salud tendríamos que comernos de una sentada más de 50 unidades. Es poco probable que a nadie le suceda por accidente.

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Otra cosa es que nos resulten molestas porque nos hemos vuelto consumidores muy delicados, pero de toda la vida nos hemos comido las uvas con pepitas y no ha pasado nada.

Imágenes | Freepik/azerbaijan-stockers

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