Estoy enganchada al libro de recetas Jerusalén, de los chefs Yotam Ottolenghi y Sami Tamimi, de él es esta receta de bizcocho de sémola, coco y mermelada, la primera que preparo y que no será la última, pues todas son muy apetecibles.
Supongo que la razón es por usar sémola, pero su textura es diferente a los bizcochos hechos exclusivamente con harina, en este es más gruesa y menos húmeda, aunque se compensa con el almíbar que se vierte por encima, con un delicioso aroma a azahar. Nos gustó mucho a todos.
Empezamos precalentando el horno a 180ºC. En un bol grande batimos bien el aceite, el zumo de naranja, la mermelada, los huevos y la ralladura de naranja hasta que le mermelada se disuelva. En un bol aparte, mezclamos todos los ingredientes secos y los integramos a la mezcla cremosa, removiendo bien hasta que estén todos integrados.
Engrasamos y forramos un molde de plum-cake con papel de hornear. Volcamos en él la masa y horneamos entre 45 y 60 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. La parte superior del bizcocho tendrá un color marrón anaranjado.
Casi al final del tiempo de cocción, verter los ingredientes para el almíbar en un cazo pequeño, llevarlo a ebullición y retirarlo de fuego. En cuanto saquemos el bizcocho del horno, lo empezamos a pintar con el almíbar caliente usando un pincel de repostería.
Hay que dejar que empape bien y seguir repitiendo hasta acabar con el almíbar. Dejamos entibiar el bizcocho, lo desmoldamos y lo dejamos enfriar del todo. Se puede servir con yogur griego aromatizado con unas gotas de agua de azahar.
Con qué acompañar el bizcocho de sémola, coco y mermelada
Esta receta de bizcocho de sémola, coco y mermelada es perfecta para servir como postre y terminar cualquier comida con un broche de oro, sobre todo si, como sugiere la receta, se acompaña con un poco de yogur griego aromatizado con agua de azahar. Estoy segura de que no os sobrará ni una miga, pero si así fuera guardadlo en un recipiente hermético, para que no se seque demasiado.