Entre otras muchas cosas, una de las ventajas de vivir en Asturias es que en el otoño las manzanas abundan en cualquier casa de pueblo, ya sea para hacer sidra o bien para preparar un delicioso dulce de manzana casero como el que os he traído yo hoy.
Pero no necesitas estar en el norte para preparar este fantástico postre, puedes comprar manzanas que estén a buen precio y hacerlo con ellas, sean de la variedad que sean te saldrá delicioso, y sin comparación en sabor al que puedas comprar ya hecho.
Comenzaremos lavando, pelando y descorazonando nuestras manzanas, dejar alguna con piel para que aumente la pectina en la preparación y os quede bien cuajado. En una olla echamos las manzanas en trozos con el zumo de limón y el agua. Cocemos durante treinta minutos o hasta que la manzana esté muy blanda, removiendo de vez en cuando para que no se peguen. Una vez cocidas les pasamos la batidora hasta dejar un puré fino.
Añadimos el azúcar y removemos para que se integre. Cocemos durante una hora y media. Sabremos que nuestro dulce estará en su punto cuando consigamos que la cuchara con la que removemos queda de pie en la preparación sin sujetarla. Vertemos en recipientes de plástico o cristal con tapa y dejamos enfriar.
Con qué acompañar el dulce de manzana casero
El dulce de manzana casero es ideal para combinar con todo tipo de quesos, ya sean suaves como el de Arzúa o incluso quesos azules, pero simplemente con un buen trozo de pan ya resulta delicioso. De sabor y textura más suave que el dulce de membrillo, se conserva durante meses bien tapado como este. Si deseáis hacer más cantidad solo tenéis que añadir más ingredientes pero siguiendo la misma proporción en peso.