Hace tiempo vi en alguna parte una ensalada otoñal con remolacha y persimón; la combinación me pareció muy apetecible pero se me antojó más rica con fruta de verano. Este año por fin me he acordado preparando mi versión con esta receta de ensalada de remolacha, aguacate y nectarina, sencilla pero deliciosa.
Recomiendo cocer o asar las remolachas en casa siempre que sea posible; también se pueden comprar ya cocidas pero procurando que sean al natural, sin vinagre ni más añadidos. Hay que tener cuidado al cortarla ya que mancha todo lo que roza, pero es un inconveniente menor. Su sabor dulzón contrasta de maravilla con el toque ácido de una nectarina crujiente, quedando una ensalada de aguacate deliciosa.
Cortar las remolacha cocidas o asadas en rodajas finas, como mucho de medio centímetro de grosor. Disponerlas como fondo base de dos platos o una gran fuente. Abrir el aguacate, sacar el hueso y retirar la pulpa con ayuda de una cuchara. Cortar longitudinalmente en piezas finas.
Disponer el aguacate sobre la remolacha y pintar con zumo de limón para que no se oxide demasiado. Cortar la nectarina lavada en piezas de un tamaño similar y colocar también en los platos. Repartir el queso de cabra desmenuzado.
Salar muy ligeramente y agregar pimienta recién molida. Aliñar con zumo de limón o lima, aceite de oliva virgen extra y repartir un poco de estragón o albahaca fresca picada y semillas de sésamo al gusto.
Con qué acompañar la ensalada de remolacha
Esta ensalada de remolacha, aguacate y nectarina es un primer plato estupendo para cualquier almuerzo o cena de verano. Podemos cambiar la nectarina por melocotón, añadir un poco de chile fresco, sustituir el estragón por cilantro o agregar unas almendras tostadas. Es conveniente servirla al momento de emplatar para que las frutas no se oxiden y mantengan su textura fresca tan apetecible.
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