Esta receta de huevos nevados me la sugirió mi padre hace unos días y me pareció tan sencilla y suculenta que quise compartirla rápidamente, es muy similar a la 'îlle flotante' solo que esta, no incorpora caramelo sino cacao en polvo. Según me contó, los comieron en Almagro, un bello pueblo de Ciudad Real conocido por ser la sede del Festival de teatro clásico, del Museo nacional del teatro y por poseer el único corral de comedias en activo de Europa.
Luego, pensando y rememorando las recetas de mi abuela, caímos en la cuenta de que ella siempre que hacía natillas, también las 'nevaba' aunque con un merengue cocido en leche y nos preguntamos si será costumbre en La Mancha hacer las natillas de esta manera. En esta ocasión he utilizado merengue italiano que me gusta mucho más porque es más consistente y nos permitirá hacer estos vasitos con antelación sin miedo de que el merengue se afee o se baje.
Ponemos en unos vasitos la mitad de un bizcocho de soletilla.
En una cazuela ponemos la leche y el azúcar (los dos tipos) a calentar y antes de que rompa a hervir agregamos los huevos para hacer las natillas. Luego, no paramos de remover con una cuchara hasta que la mezcla vaya espesando. Vosotros decidiréis en que punto las queréis dejar, cuando más tiempo de calor más espesas. Distribuimos en los vasitos de presentación. Los bizcochos tienden a flotar pero en cuanto se empapen bien podremos bajarlos hacia abajo otra vez.
En una cacerola ponemos un vaso de agua y 300 gr de azúcar para hacer un almíbar de hebra media. Mientras, en un bol montamos las claras y cuando ya hayan blanqueado añadimos 100 gr de azúcar en forma de lluvia y seguimos montando hasta que consigamos un merengue firme. ¿Cómo sabemos que el almíbar está listo? Cuando al poner un tenedor dentro del almíbar, el almíbar, se queda entre los espacios de los dientes del tenedor y si soplamos se forma una burbuja.
Solo nos queda añadir el almíbar a nuestras claras montadas (que no dejaremos de batir) y lo haremos en forma de hilillo, es decir, muy poco a poco para que el contraste de temperaturas no nos lo baje. Una vez que todo está agregado, seguimos batiendo unos minutos más para que se atempere.
Con una manga pastelera distribuimos el merengue en los vasitos y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Por último, espolvoreamos con cacao.
Degustación
Para consumir los huevos nevados tendremos que dejarlos enfriar a temperatura ambiente y después llevarlos a la nevera, si los metemos calientes al frío se cortará la natilla. En el frigo, se conservan sin problemas durante, al menos, tres días. Es un postre bastante dulce que hará las delicias de grandes y pequeños. Espero que os guste la receta.
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