Esta es una de esas recetas familiares que, cuando éramos pequeños mis hermanos y yo, pedíamos una y otra vez porque nos volvía locos a todos. Hacía la torta de años que no la preparaba, la tenía casi olvidada. Algo imperdonable, porque os aseguro que este pastel de tortillas provoca un disfrute tal que dan ganas de prepararlo semanalmente.
Consiste en montar una torre de tortillas, cubrir con bechamel y queso rallado y gratinar unos minutos en el horno. En casa siempre se ha hecho con tortilla de patata, de calabacín y de espinacas. No obstante se puede adaptar al gusto de cada cual o a los ingredientes disponibles en la nevera.
Preparamos los ingredientes de todas las tortillas, añadimos dos huevos batidos a cada uno y cuajamos una tras otra para que el proceso sea más rápido. Usamos para ello una sartén de 18 cm, con un poco de aceite para que no se agarren, y volteamos para hacer por las dos caras.
Colocamos las tortillas sobre un plato que pueda ir al horno. Primero la de patata, después la de calabacín y, por último, la de espinacas. Cubrimos la superficie con bechamel y espolvoreamos con queso manchego rallado. Gratinamos hasta dorar y servimos inmediatamente.
Para la tortilla de espinacas. Hervimos las espinacas congeladas en un cacito con un poco de agua, a fuego suave, durante 15-20 minutos. Escurrimos bien y picamos. Mezclamos con el requesón, el ajo granulado, dos huevos batidos y añadimos sal al gusto. Cuajamos.
Para la tortilla de calabacín. Pelamos y picamos una de las cebollas. Lavamos y laminamos el calabacín. Calentamos abundante aceite en un cacito y freímos a fuego medio durante 20 minutos. Escurrimos bien el aceite y mezclamos con dos huevos batidos y sal al gusto. Cuajamos.
Para la tortilla de patata. Pelamos y picamos la otra cebolla. Pelamos y laminamos la patata. Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos a fuego medio durante 20 minutos. Escurrimos bien el aceite y mezclamos con dos huevos batidos y sal al gusto. Cuajamos.
Con qué acompañar el pastel de tortillas
No sé si a vosotros también os ocurre, pero yo no concibo una tortilla sin un buen pan a su vera. Y casi que tampoco la imagino sin una ensalada como acompañante. En este caso, como el pastel de tortillas es contundente, mejor si es ligera como la de espinacas, la de pepino o un sencillo tomate aliñado.
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