Reinas del verano y de las mariscadas, pocas tentaciones se pueden igualar a comer unas buenas cigalas a la plancha. La receta no puede ser más sencilla, pero el secreto no solo está en la calidad del marisco —como es lógico en cualquier receta con materia prima—, sino también en respetar los tiempos.
En DAP hemos hecho infinidad de recetas a la plancha, incluyendo los pequeños trucos para que el pescado quede de maravilla, pero rendirse a un buen plato de cigalas a la plancha y que tengan su justo toque de sal es un auténtico placer.
El respeto al producto va desde la nevera hasta el reposo final, momento en que también necesitamos que la cigala se atempere ligeramente para no comerla mientras está abrasando.
PD: Recordad que, cuanto mejores sean las cigalas, mejor será el resultado y que, por supuesto, cambiará el tiempo de la receta en función del tamaño de la cigala. A partir de ahí, el cielo es el límite, como añadir ajo y perejil, algunas gotas de zumo de limón o que sazonemos con distintas sales o especias nuestras cigalas.
Cortamos las cigalas por la mitad de manera longitudinal, de la cabeza a la cola y salamos ligeramente la parte de la carne. Pintamos con una brocha o papel una plancha con una cucharadita de aceite de oliva, que sea lo más neutro posible.
Calentamos la plancha y cuando esté bien caliente, colocamos las cigalas con la carne sobre ella, cocinándolas a fuego medio fuerte durante unos 40 o 60 segundos, en función del calibre de la cigala y de la cantidad de cigalas que hayamos puesto sobre la plancha.
Cuando haya pasado el tiempo, retiramos las cigalas y las dejamos reposar durante medio minuto, con la carne hacia arriba, y servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar las cigalas a la plancha
Fieles escuderas de cualquier aperitivo o picoteo, ventilarnos un par de cigalas como entrante siempre es una buena forma de empezar la comida. Para iniciar un almuerzo o iniciar la cena, la complicación de pasar por la plancha un par de cigalas a modo de capricho es mínima y es siempre apetecible.
Podemos, si queremos, además de ese punto de zumo de limón, hacer crecer el resto de la mariscada con gambas, navajas, berberechos o langostinos, que también dan muy buen resultado a la plancha, o incluso apostar por la clásica sepia, que también quedará de maravilla.
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