El puré de patatas es uno de esos clásicos que ni fallan ni saben de modas, una guarnición comodín que, a veces, roba el protagonismo al plato principal. Tiene la capacidad de trasladarnos a la infancia con su sabor a hogar, pero también es una receta refinada y clásica popularizada por la cocina francesa. Si te apetece una variante distinta para tus menús más especiales, este puré de patatas con queso de cabra y cebolla caramelizada puede ser la receta que estás buscando.
La receta original que hemos adaptado hace una distinción clara que aplican los anglosajones, de la que carecemos normalmente en nuestro idioma. Mashed potatoes no es exactamente un puré como tal, aunque a efectos prácticos hablamos de una preparación muy similar. Al final todo depende un poco del gusto personal: ¿puré fino y meloso, o con textura y más rústico? En casa nos gusta más de la segunda forma, por eso lo preparamos sin pasapurés; un tenedor para machacar la patata es herramienta más que suficiente.
Se suele recomendar cocer las patatas enteras y con piel, para evitar que el tubérculo absorba demasiada agua y pierda almidón, pero en esta receta se indica pelarlas y trocearlas primero. La verdad es que acelera enormemente la cocción y facilita la preparación, sin que el resultado se vea muy perjudicado; podéis probar ambos métodos y elegir el que más os convenza.
Lo primero es preparar la cebolla caramelizada o confitada, en el caso de que aún no la tengamos lista. Podemos hacerla casera de diferentes formas, o recurrir a un producto comercial que sea de calidad. Según el gusto, podemos hacerla más melosa y tierna, o dejarla con un punro más crujiente.
Lavar, secar y pelar las patatas. Trocear en piezas de unos 2-3 cm y poner a cocer con abundante agua fría salada, manteniendo un hervor medio hasta que estén tiernas. Mientras, calentar la nata, la leche y la mantequilla con el laurel, el ajo y una pizca de sal y pimienta. No dejar que hierva.
Escurrir toda el agua y volver a poner las patatas en la olla, seca, a fuego medio-bajo. Remover durante un par de minutos para secarlas bien, vigilando que no se peguen el fondo. Apagar el fuego y machacarlas con un tenedor, un aplasta patatas o un pasapurés, según el punto de refinamiento que se les quiera dar.
Retirar el laurel y el ajo de la mezcla láctea, y comenzar a echarla sobre las patatas, removiendo y machacándolas más con el tenedor. Continuar hasta terminar o hasta obtener la textura deseada. Añadir el queso de cabra desmenuzado y un par de cucharadas de cebolla caramelizada (opcional, se pueden simplemente servir luego por encima).
Salpimentar y mezclar bien, dejando el punto de sazón al gusto. Llevar a una fuente y coronar con una buena porción de cebolla caramelizada. Espolvorear con cebollino lavado picado, y más pimienta si se desea. Servir caliente.
Con qué acompañar el puré de patatas
El puré de patatas es una guarnición que se presta a acompañar todo tipo de platos, pero hay que reconocer que se disfruta más con recetas que incluyan una buena salsa para empaparlo bien. Los guisos de carne son perfectos, como unas carrilleras de cerdo o de ternera al vino tinto, también un pollo a la cazadora o estofados de legumbres más espesos. Si nos sobra, podemos aprovecharlo en recetas como este estofado de pavo cubierto de puré gratinado, usándolo como si fuera una masa de hojaldre.
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