Quién dijo que un plato delicioso necesita horas en la cocina. Esta receta demuestra todo lo contrario y forma parte de mi recetario diario, especial para cuando me necesito algo ligero que me mantenga con energía. Con solo tres ingredientes principales, pimiento rojo, berenjena y cebolla, transformo una simple pasta en un plato principal ideal para el verano.
El secreto está en la preparación rápida: mientras la pasta se cuece, los vegetales se saltean a fuego alto, permitiendo que sus sabores se intensifiquen y caramelicen en poco tiempo. La berenjena, suave y con un ligero dulzor, se une al pimiento rojo, que aporta un toque ahumado, mientras que la cebolla, con su dulzura natural, unifica todos los elementos. Esta combinación crea un sofrito rápido que envuelve la pasta a la perfección.
Además de ser sabrosa, es la solución más fácil para resolver el almuerzo o la cena. Solo necesitas una sartén, unos cuantos vegetales frescos y tu pasta favorita. Un truco simple pero muy útil en este tipo de platos es reservar un poco del agua de cocción y añadir unas cucharadas al sofrito justo antes de mezclarlo con la pasta. Esto ayuda a que el almidón del agua ligue la salsa y la haga más cremosa.
Para terminar, me gusta añadir unas cucharadas de levadura nutricional por encima para un aporte proteico y un sabor "a queso" perfecto para vegetarianos y veganos. Seguido de unos hilos de aceite de oliva virgen extra es suficiente, aunque también lo he probado con aceite de sésamo y hojuelas de chile para un acabado más intenso.
Si buscas un plato más sustancioso, sugiero incorporar una fuente de proteína: opciones rápidas como atún en conserva o un huevo escalfado, o garbanzos y lentejas ya cocidas para una versión vegana potente.
Se puede servir tanto caliente como frío, dependiendo del gusto de cada uno.
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