La carne que tiene menos grasa y más proteínas que el pollo y es perfecta para cenar con esta receta lista en 25 minutos

Aprovechando la temporada final de cítricos podemos hacer un plato súper fácil y rápido muy saludable

Pavo Naranja
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Liliana Fuchs

Editor

Cuando no nos queremos calentar la cabeza para preparar una comida o cena que sea saludable y ligera, además de rápida, las típicas pechugas de pollo a la plancha son un recurso habitual. También un plato aburrido y soso si lo repetimos a menudo y no le damos algo de gracia que lo alegre. Pero, además, hay otra carne que gana al pollo en su valor nutritivo, el algo olvidado pavo.

Por algún motivo el fiambre de pavo sí reina en la sección de charcutería envasada, pero es menos habitual comprar pechugas frescas. Y no será porque sean difíciles de encontrar; solo hay que acudir a una carnicería de barrio o mirar en cualquier supermercado o híper, donde lo habitual es que también ofrezcan distintos formatos con las pechugas ya fileteadas.

La pechuga de pavo sin piel a la plancha tiene más proteínas que la de pollo; según la base de datos BEDCA, en cada 100 encontramos 29,9 g y 22,2 g de proteínas, respectivamente. Además, tiene menos grasa, con 2,64 g frente a los 6,2 g de la pechuga de pollo. Son datos que coinciden grosso modo con la información de FoodData Central de la USDA estadounidense, que da 30,1 g de proteínas a 100 g de pechuga de pavo sin piel cocinada, y 2,8 g de grasas. También contiene más hierro y magnesio, y destaca especialmente por aportar mucha más cantidad de selenio que el pollo.


pechugas de pavo sin piel (a la plancha)

pechugas de pollo sin piel (a la plancha)

calorías

145 kcal por cada 100

146 kcal por cada 100 g

proteínas

29,9 g por cada 100 g

22,2 g por cada 100 g

Grasas

2,6455 g por cada 100 g

6,2 g por cada 100 g

hierro

1,4 mg por cada 100 g

0,99 mg por cada 100 g

magnesio

21 mg por cada 100 g

15,75 mg por cada 100 g

selenio

22,4 mg por cada 100 g

6,5 mg por cada 100 g

La opción fácil es cocinarlas a la plancha sin más, pero ten en cuenta que, como el pollo, puede quedar muy seca si te pasas de punto, y son algo sosas sin un buen aderezo. Puedes dejarlas en salmuera a la manera de cómo cocinar pechugas de pollo jugosas, o prueba a preparar la receta de pavo con naranja y jengibre, aprovechando el final de temporada de los cítricos.

Para espesar la salsa rápidamente se añade un poco de maizena diluida, pero puedes prescindir de ella si no te importa invertir un poco más de tiempo dejando que reduzca por sí sola. El toque de miel le da un punto dulce que equilibra el sabor algo picante del jengibre, aunque no pasa nada si se omite, ya que la naranja nos dará su dulzor natural.

Y si lo que te gusta es el picante, sirve las pechugas con la salsa añadiendo copos de chile o una guindilla fresca cortada en rodajas finas, además de una buena cantidad de pimienta negra recién molida. Cilantro o cebollino fresco también rematan muy bien esta receta.

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